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EE UU logra el respaldo nipón para presionar a Irán

El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Timothy Geithner, consiguió hoy el firme apoyo de Japón a las sanciones contra Irán, al final de una gira por Asia en la que sólo logró una tibia respuesta de Pekín.

En su viaje, Geithner instó a ambos países a apoyar las sanciones estadounidenses que buscan presionar a Irán para que abandone su programa de desarrollo nuclear, mediante la reducción de sus ventas de crudo y el aislamiento internacional de su Banco Central.

Tras la reunión celebrada en Tokio entre el estadounidense y el ministro nipón de Finanzas, Jun Azumi, Japón confirmó su apoyo y anunció que recortará "lo antes posible y gradualmente"sus importaciones de petróleo procedente de la república islámica, y que constituyen un 10 por ciento del crudo que adquiere en el exterior.

Azumi subrayó que su país tiene un "absoluto conocimiento"de las medidas estadounidenses y que realizará un esfuerzo por reducir las importaciones de Irán, aunque recalcó también que Japón ya las ha recortado en un 40 por ciento en los últimos cinco años.

Pese al apoyo mostrado, el comentario de Azumi revela cierta preocupación con respecto a la medida por parte de Japón, país con una enorme dependencia energética del exterior y obligado, tras el accidente en la planta nuclear de Fukushima, a generar gran parte de la electricidad en centrales térmicas alimentadas por crudo.

Por su parte, el primer ministro nipón, Yoshihiko Noda, afirmó hoy, tras reunirse con Geithner, que pese a compartir las preocupaciones de EEUU, la sanción sobre Irán es un tema que, si no se gestiona apropiadamente, "podría causar graves efectos sobre las economías de Japón y del mundo".

La visita de Geithner ha tenido como objetivo exponer los particulares de la ley firmada por el presidente estadounidense Barack Obama el pasado 31 de diciembre, en la que se establecen sanciones para cualquier entidad financiera extranjera que establezca lazos con el Banco Central de Irán.

La medida, que prohíbe abrir o mantener operaciones relacionadas con la compraventa de petróleo en Estados Unidos, pretende reducir las ventas iraníes en grandes mercados de países de la Unión Europea (UE), de Asia, como China, Japón, Corea del Sur, o la India.

Por ello, una delegación estadounidense visitará Corea del Sur la semana que viene para buscar también el respaldo de Seúl, principal aliado de Washington en la región junto con Tokio, y cuyas importaciones de crudo iraní constituyen un 9,6 por ciento del total adquirido por el país.

El respaldo asegurado de Japón y el previsible apoyo de Seúl contrasta con la tibia respuesta de China, que adquiere casi una tercera parte del petróleo que produce Teherán.

En ese sentido, el primer ministro chino, Wen Jiabao, eludió posicionarse con claridad y sugirió potenciar el diálogo antes que endurecer las sanciones contra el régimen de los ayatolás.

Además, China aprovechó la coyuntura para trazar un paralelismo entre estas sanciones y las restricciones de Washington a la compra de alta tecnología y a la inversión en suelo estadounidense por parte del gigante asiático.

Geithner utilizó también la visita asiática para apremiar a Pekín a que acelere la apreciación de su devaluado yuan, lo que perjudica al sector exportador estadounidense, y también al nipón, dañado ya de por sí por el persistente encarecimiento del yen, empleado por los inversores como divisa refugio.

Sabedor de que las intervenciones unilaterales que Tokio ha hecho en los últimos tiempos para abaratar el yen refuerzan los argumentos de Pekín para no dejar fluctuar su moneda, Geithner reiteró hoy su compromiso de cooperar con Japón para intentar contener la excesiva volatilidad del mercado de divisas.