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El Thyssen cruza la puerta de Oriente
Dónde: Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid.Cuándo: hasta el 20 de mayo .Cuánto: 5 euros.
MADRID- Cambiar para continuar siendo lo mismo. La adaptación fue uno de los retos de los creadores indios. Amoldarse y evolucionar sin perder sus características comunes. El resultado: un arte con sello propio, pero no igual. Para mostrar las variaciones y diferencias que ha sufrido desde el siglo XII hasta el XIX, el Museo Thyssen ha inaugurado «Visiones de la India» (la primera muestra que dedica al arte que no es occidental). Una colección de 106 piezas del sur de Asia que abarca pinturas, grabados y manuscritos que recorren este arco cronológico y las innovaciones que fueron introduciendo en su tradición. Las piezas provienen del San Diego Museum of Art, en California. Las donó a esta institución Edwin Binney, que a lo largo de su vida coleccionó objetos de gran valor y que ahora alcanzan un total de 1.500 obras.
Pramod Chandra, de la Universidad de Harvard, ha asegurado: «Abundan en ella obras de primera calidad, por sí mismas y porque iluminan de manera excepcional las cualidades de un estilo. No conozco ninguna otra colección reunida por una sola persona en la que se haya logrado ese objetivo, que tiene tanta dificultad y exige tanta reflexión».
El discurso recorre las distintas facetas históricas de Asia y aborda los temas que han determinado el desarrollo artístico, como la ilustración de textos sagrados, que comenzó en la India alrededor del siglo XI, dentro de los monasterios budistas. Después ensanchó el área temática y también miniaron las páginas de libros filosóficos.
Sofisticación y rango social
De ahí se pasaría a una influencia persa. Al encargo de unas élites sociales que orillaban lecturas religiosas y optaban por otros valores en la decoración de los volúmenes. Era, en el fondo, una ostentación de la educación, el rango social y una manifestación de su carácter cultural, como muestran las ilustraciones para las hazañas y las conquistas en estas tierras de Alejandro Magno. Una de las salas más interesantes es la dedicada a la pin tura mogola, que tuvo en su momento una gran repercusión y trascendencia. Una etapa en que los artistas iraníes y los indios colaboraban y se llenaban de influencias mutuas.
Por supuesto, la presencia británica alteró el panorama. Los artistas comenzaron a trabajar y recibir encargos de funcionarios y comerciantes británicos. La llegada de la Compañía de las Indias Orientales resultó una manera de llevar a estas naciones las propuestas que se habían desarrollado en Occidente . Los creadores no tardarón en dejarse impregnar de algunos de esos valores y de sumarlos a sus tradiciones, como la perspectiva y ciertos aires cromáticos.
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