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Femenino y muy plural

Ciclo de IbermúsicaObras de Beethoven y Strauss. Elisso Virsladze, piano. Obras de Beethoven y Dvorak. Ulia Fischer, piano. Royal Philharmonic Orchestra. Charles Dutoit, director. 21y 22-III-2012. Auditorio Nacional. Madrid

La Razón
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Las mujeres han sido musas de muchos artistas. Pueden alentar la inspiración y la indiferencia más profunda. Ambas se comprobaron en el Auditorio Nacional con los dos citas de Ibermúsica con la Royal Philharmonic comandada por Charles Dutoit, su director artístico. Sala llena como corresponde a programas populares: dos conciertos beethovenianos, «Vida de héroe» de Strauss y la sinfonía del «Nuevo mundo» de Dvorak.
Una orquesta que conserva un buen nivel, tres mujeres y dos hombres. La georgiana Elisso Virsaladze tocó sin la menor inspiración, dentro de la más completa grisura, lo que no quiere decir imperfección, el bellísimo «Cuarto concierto» de Beethoven. No hubo imperfección porque se saltó las notas que quiso a fin de no emborronar y a partir de ahí vino la indiferencia con la que fue apoyada por Dutoit. ¡Qué lástima la frialdad del acompañamiento en el segundo tiempo y qué hurto la forma de iniciar ella el tercero! Todo lo contrario sucedió con el «Concierto para violín» que desgranó Julia Fischer, totalmente en vena. Sonido amplio, fraseo y afinación impecables, sentimiento y sensibilidad. Cuando alguien toca así contigo es imposible que no te inspire y de ahí que Dutoit pareciera otro. La violinista fue obligada a tocar la propina que nadie solicitó a la pianista. Pero hubo una tercera mujer: la solista del corno inglés. Sobresalió en sus intervenciones en una muy plausible «Vida de héroe», donde el concertino tuvo una excelente participación solista, y admiró en el segundo tiempo de la equilibrada lectura que de la sinfonía de Dvorak realizó Dutoit. Al suizo le gusta resaltar las líneas verticales de la música, algo muy americano, pero es capaz de frasear con la elegancia de un francés.

Entusiasmo en tres obras y cortesía en otra. Para terminar, una mención especial. Las notas de ambos programas de mano iban firmadas por Antonio Iglesias. Probablemente fueran las últimas que escribiera. A su memoria dedico esta crítica.