Impuestos

Demonizar no es bueno por José María MOLLIENDO

La Razón
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El globo sonda lanzado por el Gobierno sobre un posible incremento de los tipos fiscales aplicables a los sueldos astronómicos de ciertos directivos de grandes empresas es un ejemplo más de la falta de eficacia en la lucha contra el fraude. Desde un punto de vista pragmático, no son más de un centenar los españoles con sueldos superiores al millón de euros, por lo que una hipotética subida de dos puntos en el tipo de IRPF de estos contribuyentes sólo aportaría dos millones de euros a las arcas del Estado.
El problema reside más en la tributación de las grandes compañías, que conocen todos los subterfugios legales para deducirse hasta el último céntimo. El impuesto de sociedades que se les aplica es a todas luces insuficiente y no guarda proporción respecto al que se ven obligadas a pagar las pymes.
Además, toda estrategia de mejora de la recaudación debe pasar necesariamente por una mayor eficacia en la lucha contra la economía sumergida, cuyo impacto negativo sobre la recaudación sí que es «obsceno»: cada año se mueven cerca de 245.000 millones en «negro». Ante ello, urge emprender acciones firmes, como recuperar el impuesto de patrimonio, mejorar la eficacia en la recaudación de impuestos indirectos o reducir el número de expedientes que prescriben antes de ser ejecutados debido a un reconocimiento insuficiente de las funciones que desempeñan los técnicos de Hacienda.
Gracias a este tipo de medidas, podría reducirse el fraude, lo que permitiría recaudar anualmente unos 38.500 millones de euros adicionales.


José María Mollinedo
Secretario general de los Técnicos de Hacienda (Gestha)