Literatura

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Fallece Mr Bocaccio

La noche barcelonesa pierde a Oriol Regàs a los 75 años

Muere el promotor cultural Oriol Regás
Muere el promotor cultural Oriol Regáslarazon

Los que le conocían decían que era un gran tímido, y aun así consiguió capitanear la Barcelona de los últimos 60 y primeros 70 y convertirla en un lugar mucho más divertido. Oriol Regàs (Barcelona, 1936), fundador de locales emblemáticos como Bocaccio y Up & Down, moría ayer a los 75 años, después de no poder recuperarse de una hemorragia cerebral. Su impronta dejó huella en movimientos como la Escuela de Barcelona de cine, la Nova Cançó, donde actuó de promotor de gente como Joan Manuel Serrat o Maria del Mar Bonet, la «gauche divine», y su apoyo al diseño. Hermano de la escritora Rosa Regàs, su mayor triunfo siempre fueron sus grandes amigos.

Y llegó la «gauche divine»
Las reacciones por su muerte no se hicieron esperar y las condolencias a la familia llegaron de todas partes. El tanatorio de Sant Gervasi acogerá hoy el funeral de Regàs, un hombre que frecuentó a Dalí, que mantuvo un feliz contacto con Pla, y entre cuyos amigos estaban Xavier Miserachs, Teresa Gimpera, Jorge Herralde, Gonzalo Suárez, Lluis Llach y un largo etc. Borges decía que se enorgullecía de los libros que había leído, no de los que había escrito. Regàs se enorgullecía de los amigos que había tenido, no de los éxitos que cosechó. «Mi vida no es importante por mí, sino por lo que han visto mis ojos, por las personas que he conocido», explicó mientras presentaba el año pasado sus memorias «Los años divinos» (Destino). Su familia aseguró ayer que hasta el último momento redactó notas, recuerdos que no llegaron a entrar en sus memorias. Ningún libro podría capturar una vida así.


Todo un símbolo
Ferran Mascarell: «Era imprescindible»
Regàs ha sido una figura imprescindible para entender la cultura de Barcelona y la catalana en general. Destacaba por su generosidad, su carácter emprendedor y su capacidad aglutinadora.
Jordi Hereu: «Oriol rompió moldes»
Modernizó y trajo color a la ciudad. Sin duda, el ímpetu de Oriol Regàs rompió todos los moldes.