Tomás Gómez

No sé si José Blanco, como dijo, ha dado por zanjado su asunto con Tomás Gómez. No sé si Rodríguez Zapatero está pensando en renovar la confianza que depositó en Gómez cuando le hizo secretario general del PSM, y si le hará candidato a la Comunidad. No sé si dentro del PSM hay un sector crítico trabajando para buscar otra alternativa. No sé si alguno de los que se confiesan «uña y carne» de Gómez no estarán deseando la caída del líder para poder tener un espacio de futuro personal.Lo único que sé es que cuando se está mareando de continuo con la interrogante sobre Gómez es que está más para allá que para acá, es decir, que en estos momentos anda más cerca de no serlo que de ser el candidato, cuestión que se ve refrendada cuando el propio Tomás repite una vez tras otra, que la decisión sobre la candidatura la decide el partido en Madrid, que no son niños y pueden pensar por su cuenta, que no le importa ir a unas primarias. Esto huele a chamusquina en el entorno del líder socialista madrileño y las dudas empiezan a ser más acentuadas que nunca, si bien es cierto que el PSOE debe aprender de errores pasados, errores muy recientes, y no parece aconsejable que a la hora de la verdad se prescinda de quienes han hecho el trabajo en la oposición, se cace a lazo a un candidato que iba de paso, dispuesto a no seguir como oposición si pierde las elecciones. Y vuelta a empezar. Algunos parecen no haber aprendido la lección.