Rubalcaba y Chacón dilatan su decisión ante la falta de apoyos sólidos Euskadi»

MADRID- Sin noticias de «precandidatos». El PSOE aguarda impaciente la decisión de los posibles aspirantes a la secretaría general. Si tras el Comité Federal, la mayoría daba por hecho que tanto Chacón como Rubalcaba descubrirían sus cartas esta semana, en la dirección federal están convencidos de que no se producirá ningún movimiento hasta la semana del 13 de diciembre, día en que se constituirán las Cortes Generales. ¿Hay instrucciones para dilatar las precandidaturas hasta la investidura de Mariano Rajoy? No parece, pero es probable que ni uno ni otro den un paso al frente hasta entonces. Y el motivo no es otro que la búsqueda de apoyos, que a día de hoy no parece que haya para ninguno de los aspirantes. Y es que la derrota electoral ha sumido a los socialistas en una depresión profunda de la que muchos no creen que se pueda salir sólo con un debate nominalista sobre quién debe liderar el PSOE. Dicho de otro modo: si hay recelos hacia Chacón, no por su lugar de procedencia, sino por la incoherencia de sus postulados políticos y por pertenecer a un partido distinto al PSOE, empieza a haber también serias dudas sobre Rubalcaba, por lo que puede suponer de continuidad para una cultura de partido con la que se pretende acabar en aras de abrirse a la sociedad.

Chacón parece que tiene decidido dar un paso al frente, pese a sus exiguos apoyos. Y de ahí que haya intensificado las conversaciones con distintos notables del socialismo. El resultado hasta ahora es mejorable, pues sólo el ex ministro Miguel Ángel Moratinos se ha decantado abiertamente por ella, mientras que otros se han negado a hacerlo. Es más, desde el entorno de la ministra se ha trasladado que determinados miembros de la dirección federal estaban haciendo gestiones a favor de su candidatura. Nada que ver con la realidad porque quienes alguna vez vieron en Chacón una opción de futuro creen ahora que ha dado pasos en falso y dudan de si hay algo más que su mayúscula ambición política.

Rubalcaba, por su parte, sigue con dudas. Tampoco está quieto, claro. Y su dilatada experiencia le dice que, en un PSOE destrozado por dentro y sin poder institucional, contar con un puñado de notables y una docena de secretarios generales no le garantiza la victoria. Bien es cierto que juega a su favor la legitimidad que se ha ganado durante la campaña, pero en contra de él pesa que la mayoría de las bases clama por una catarsis tanto en lo orgánico como en lo ideológico.
El tablero está tan abierto que hay quien cree en las posibilidades de una tercera vía. Aunque no han trascendido más nombres que los del alcalde de Toledo, Emiliano García-Paje y el de Tomás Gómez, parece que la pretensión del primero es hacerse hueco en Madrid para garantizarse el apoyo federal en el congreso regional de Castilla-La Mancha. El caso de Gómez es bien parecido: hacer campaña por Chacón para asegurarse el salto a la dirección federal y de paso apuntalarse en Madrid. Y más allá, las fuerzas vivas del socialismo andan en busca de un mirlo blanco que, de momento, no ven, pero creen que saldrá y no necesariamente en los próximos días.

Y entretanto, ayer se constituyó la dirección del Grupo Socialista, con Rubalcaba de presidente del Congreso y Marcelino Iglesias de portavoz en el Senado. Los nombramientos fueron aprobados por unanimidad, y Rubalcaba se estrenó pidiendo a diputados y senadores una «oposición responsable» y «no hacer lo que el PP ha hecho en la anterior legislatura».
 

«A lo mejor Bono tendría que pensar en descansar»
El lendakari y secretario general del PSE-EE, Patxi López, opina que el presidente del Senado, José Bono, «a lo mejor» debería «pensar en descansar». Así se refirió a las declaraciones de Bono en las que aseguraba que lo que su partido necesita es un líder que defienda a España «sin complejos», y que no le dé «vergüenza decir "Viva España"». En una entrevista en Onda Cero, López precisó que «no puede ser que se pase de decir que el PSOE es el que mejor representa a la propia diversidad de España, para intentar homogeneizar al partido y a España».