Moda

Mezcla social en la fiesta navideña de Cuqui Fierro por Jesús Mariñas

Cuqui Fierro ejerció de anfitriona en una fiesta variopinta
Cuqui Fierro ejerció de anfitriona en una fiesta variopintalarazon

Si Cuqui Fierro no existiera habría que inventarla. Qué ocurrencia adornarse cual árbol de Navidad con túnica larga roja y esmeraldones de los que quitan el hipo. Lo hace por todo lo alto, como a la hora de sentar personalidades tan contrastadas como la duquesa de Franco, Tessa de Baviera o Trini Fierro, –señoras de toda la vida– con una «parbenu» como Carmen Lomana, los Trapote, Víctor Puerto, Álvaro de Marichalar y Ekaterina. Churras y merinas es una fórmula óptima para exhibir gesto de «felices fiestas», algo que nunca se pierde Pitita Ridruejo.

El palacete francés de Cuqui, donde se celebró la fiesta navideña, es un monumento que sobrevive a la piqueta especuladora. En el primer piso, el observador de Mingote no descuidó los excesos de la Cantudo, la exquisitez indumentaria de Lola Herrera, los comentarios de Julio Ayesa y las prisas de Máximo Valverde, quien se iba para otra cita en la casa de Maika Pérez de Cubas, que gracias a Laura Viladomat se ha hecho íntima de Paul Sarkozy, padre del presidente francés. Hablando de él se acordó de que el progenitor estuvo casado cinco años con Melinda Rúspoli, ex jefa de Comunicación de Chanel cuando Lagerfeld aún no había metido su tijera en los característicos «tailleurs de mademoiselle». Cualquier parecido de las colecciones actuales con lo que creó y mantuvo Cocó es pura coincidencia, y tan sólo se mantienen irreductibles en su fondo de armario Claude Pompidou y Bernardette Chirac. El próximo desfile será sobre el 20 de enero con la alta costura tan agonizante como Berhanyer, otro grande con el agua al cuello.

El alemán es muy dado a saltarse las reglas y tradiciones, como el bolso acolchado, los zapatos con punta dorada y los collares de varias vueltas de perlas. Su última colección parece diseñada con ánimo de hacer pervivir aquel espíritu de chic desinhibido. Mientras, Galliano «pour» Dior innova sin perder la esencia de quien lanzó el nuevo «look», Lagerfeld rompió con el pasado. También marcará época la forma de recibir de Cuqui Fierro con un fasto detallista y mezcla de nombres –estaba hasta Mari Carmen sin Doña Rogelia–. Allí se contó con sorpresa que «¡Hola!» montó su portada con el periplo árabe de Cayetana de Alba como protagonista principal. Horas antes lo remplazaron por una anodina foto de Carlota de Mónaco a caballo. La Duquesa tenía gancho frente a la jinete, sin interés. ¿Quién influyó, quién, para dejarnos sin el pintoresco exotismo de la duquesa ante la mezquita de Aleppó?