Francia

La CE avisa a Merkel de que no permitirá la división del euro

El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso
El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barrosolarazon

BRUSELAS- La crisis económica ha servido para romper todos los tabúes en la UE. Primero fue el rescate de un país (Grecia); después una quiebra, aunque controlada (Grecia también); siguió la amenaza de la salida de un país del euro (Grecia, cómo no). Y ahora el riesgo es no sólo de la división de la UE entre los socios del euro y los demás, sino una explosión en toda regla dentro de la moneda común. Para conjurar este riesgo, real, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, avisó el pasado miércoles de que «Europa necesita avanzar ya o amenaza con fragmentarse».

En la boca del lobo
El portugués dio este discurso en la misma boca del lobo, Berlín, precisamente con motivo del aniversario de la caída del muro que dividió Europa durante casi tres décadas. Porque Alemania quiere convertir la UE en una «Unión de la estabilidad», como ha repetido su canciller, Angela Merkel, en numerosas ocasiones. Y lo está haciendo caiga quien caiga, con disciplina fiscal germana. El último capítulo que prepara, con el apoyo de Francia, sería un selecto club con las mejores economías del euro, cambiando su oposición a los eurobonos por un apoyo que convierta los criterios para acceder en una criba para los socios periféricos.

«Si España queda al otro lado del telón de acero financiero que planean Francia y Alemania, una generación de españoles será sacrificada», avisó ayer el vicepresidente de la Comisión Económica del Parlamento Europeo, José Manuel García Margallo.

Barroso aprovechó uno de los discursos más largos que se le recuerdan para dejar claro a Alemania que «necesitamos una Unión de estabilidad, pero también de solidaridad», lo que precisamente buscan los eurobonos que prepara la CE para mutualizar la deuda europea y compartir los riesgos del mercado. Avisó además de que Bruselas «defenderá la integridad del mercado común y la integridad del euro».

No obstante, Angela Merkel se apresuró a acallar los rumores sobre esta posible escisión de la eurozona, que Berlín y París, según informaciones de prensa, estarían estudiando. «Alemania sólo tiene un objetivo, estabilizar la eurozona tal y como es ahora», dijo Merkel al ser preguntada sobre una eventual salida de Italia del área del euro, en vista del encarecimiento de los intereses. Previamente, un portavoz del Ministerio germano de Finanzas ya había rechazado las noticias apuntadas en la prensa. «Eso es totalmente falso», dijo a Efe un portavoz del Ministerio alemán de Finanzas, al ser consultado sobre la posible escisión de Europa.

Porque el coste de la división sería enorme: un 3% para Alemania (según un estudio de Allianz), un 20-25% para uno de los estados fuertes de la Unión, y hasta un 50% para uno de los débiles (según otro informe de UBS).

En un año electoral nefasto para su coalición (CDU-CSU), y con la pérdida de terreno frente a los socialistas verdes de cara a las elecciones de 2013, Merkel se ha intentado ganar a sus compatriotas endureciendo su discurso y la disciplina fiscal contra los «derrochadores» socios del sur de la UE.

 

Francia «echa» a Smaghi del BCE
El italiano Bini Smaghi dejará anticipadamente su puesto en el directorio del Banco Central Europeo (BCE) después de que París, al abandonar Jean-Claude Trichet la presidencia de la institución, reclamase un sillón para un francés. El nombramiento de Mario Draghi para suceder a Trichet había provocado una duplicidad de cargos italianos por ninguno francés, cuando los cuatro grandes países de la zona euro –Alemania, Francia, Italia y España– cuentan tradicionalmente con un puesto en el directorio. Smaghi dejará el cargo en enero para incorporarse a la Universidad de Harvard.

 

La economía sumergida frena una «explosión social»
Los Inspectores de Hacienda del Estado (IHE) dejaron bien sentado ayer que reducir los impuestos a las rentas del trabajo sería «poco menos que suicida» en un momento deficitario para el Estado. No sólo abogaron por no rebajar la fiscalidad a este tipo de rentas, que constituyen el 85% de la recaudación total y aportan 57.000 millones al Estado, también por erradicar el fraude y la economía sumergida. En este sentido el secretario general de los IHE, Francisco de La Torre (en la imagen), llegó a decir que con cinco millones de parados, si no existiera economía sumergida, se produciría una «gran explosión social». En el XXI Congreso de la Organización de IHE, los inspectores presentaron varias medidas para incrementar la recaudación, entre las que se incluye «ensanchar las bases imponibles», es decir incluir más rentas en el IRPF. También abogaron por reformar el régimen de módulos, que supone una tributación fija con independencia de la renta obtenida, y denunciaron que las rentas del ahorro tributen todas por igual, con un 19%, cuando no es lo mismo una plusvalía lograda tras varios años y otra de un día.