España
Merkel nein
Nuevo chivo expiatorio en economía, o más bien chiva. El coro plañidero del pensamiento único anuncia que Merkel se ha rendido ante los mercados y reducirá el gasto público. Se nos invita a decirle que no porque el crecimiento se frenará debido al menor consumo, lo que no está claro, aunque se añaden dos argumentos aparentemente más sólidos: que la nociva deflación japonesa es inminente y que el fortalecimiento de la deuda germana debilitará la nuestra. La deflación per se sólo es un mal desde una perspectiva inflacionista acrítica, y el escenario japonés no resulta indeseable porque no haya subida de precios sino porque no recuperó el crecimiento, y en ello la responsabilidad yace más en la falta de reformas, particularmente del sector financiero, que en la contención monetaria. El argumento de la deuda es correcto pero con tres matices que apunta Juan Ramón Rallo: si Merkel invierte sus planes y aumenta el gasto ello también encarecería nuestra deuda; si el presupuesto germano se sanea, habrá más posibilidad de que ayude a países en dificultades, como España; y por fin, el hecho de que Smiley y su banda no hayan hecho las cosas bien no es razón para reprochar a Merkel que intente hacerlas, al menos parcialmente.En vez de despotricar habría que imitar a los gobernantes que sanean la Hacienda (sobre todo si no suben impuestos), no inflan el crédito, y adoptan reformas en pro de la competitividad.
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