Salud
Niños fumadores pasivos e hipertensos
Los hijos de «adictos» al pitillo eran un 21% más propensos a tener presión sanguínea elevada.
No son fumadores, pero respiran el humo del tabaco de los mayores. Y en consecuencia, sufren síntomas propios de los adultos. Según se desprende de un estudio de la Universidad de Heidelberg (Alemania), el humo de tabaco ambiental aumenta la presión sanguínea de los niños de hasta cuatro y cinco años. El trabajo se publica en la revista «Circulation: Journal of the American Heart Association» y, tal y como explica el responsable del trabajo, Giacomo D. Simonetti, «la prevención de las enfermedades adultas como el ictus o el ataque cardiaco comienza durante la infancia. El tabaquismo paterno no sólo es negativo para el funcionamiento pulmonar de los niños sino que posee un riesgo para su futura salud cardiovascular».
Los investigadores ampliaron un examen de salud infantil en la escuela de 4.236 niños de preescolar. Entre los padres que dijeron fumar, el 28,5 por ciento eran los padres, el 20,7 por ciento las madres y el 11,9 por ciento ambos progenitores.
Los hijos de padres fumadores eran un 21 por ciento más propensos a tener una presión sanguínea sistólica (el número alto en la lectura, medido como las contracciones cardiacas) en el 15 por ciento más elevado, incluso después de ajustar otros factores de riesgo de la enfermedad cardiaca, como el peso al nacer, el índice de masa corporal y la hipertensión en los padres. «El tabaquismo pasivo aumentaba el riesgo de tener presión sanguínea en el límite de la normalidad y algunos de estos niños ya tenían la presión sanguínea alta», explica Simonetti. Después de tener en cuenta otros factores de riesgo como padres con la presión sanguínea alta, el nacimiento prematuro o un bajo peso al nacer, sobrepeso u obesidad, la presión sanguínea era significativamente mayor en aquellos con padres fumadores. «La eliminación de cualquier factor de riesgo tan pronto como sea posible ayudaría a reducir el riesgo de enfermedad cardiaca posterior y a mejorar la salud a largo plazo de los niños», señala el experto. De la investigación también se desprende que el tabaquismo materno tenía un mayor impacto que el paterno. Para los investigadores es probable que se deba a que el humo de la madre se da más en casa, mientras que el del padre se produce en el trabajo.
También en el coche
Otro reciente estudio publicado por la Canadian Medical Association, alerta de los peligros de darle al pitillo en el coche, donde los menores también están expuestos a los nocivos efectos. La escasa ventilación, y la mayor concentración de las partículas del tabaco son los motivos obvios.
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