África

Roma

Mussie Zerai: «Pido justicia para los que han muerto de sed»

Los inmigrantes que cruzan el Mediterráneo con destino a la isla italiana de Lampedusa casi siempre marcan el mismo número de teléfono cuando sus embarcaciones tienen problemas. Es el de Mussie Zerai, sacerdote eritreo afincado en Roma y fundador de la ONG Habeshia.

La Razón
La RazónLa Razón

Él fue quien, a finales de marzo, dio la voz de alarma sobre la embarcación con 72 inmigrantes que fue a la deriva durante dos semanas ante la indolencia de las naves militares occidentales que participan en la misión contra Libia. Sólo hubo once supervivientes.

–¿Qué le parece que la OTAN diga que no sabe nada del asunto?
–Si la OTAN no ha visto nada, ¿de quién era el helicóptero militar que el 26 de marzo sobrevoló la embarcación y ofreció galletas y agua? ¿Cómo es posible que un helicóptero volase sin que nadie lo supiera en una zona en la que se está llevando a cabo una operación de exclusión aérea? Es imposible. Luego está el portaaviones que los supervivientes dicen haber visto a poca distancia, a unos 300 ó 400 metros. ¿De quién era? ¿Si no era de la OTAN de quién era? Pido justicia para estas personas que han muerto de hambre y de sed bajo la mirada de quien tenía el deber de salvarlos.

–Acaba de visitar en Malta los centros donde se interna a los inmigrantes. ¿Cómo es su situación?
–Vergonzosa. Se amontona a hombres, mujeres y niños pequeños dentro de un hangar. Es un sitio horrible y sucio. Casi todos los niños han enfermado. Me gustaría entender de acuerdo a qué leyes se puede mantener a estos refugiados encarcelados. ¿Por qué la Unión Europea no interviene? Se están violando leyes nacionales, europeas e internacionales.

–Parte de los europeos teme que si se abren las puertas llegará una marea de inmigrantes. ¿Qué le parece?
–Esta perenne cantinela lleva oyéndose desde hace años. Se utiliza con motivos electorales. Se hablaba de un éxodo de entre 200.000 y 300.000 que, sin embargo, no hemos visto. El bienestar excesivo y la cerrazón sobre sí misma han hecho que Europa pierda el horizonte.