Valencia
La Virgen escucha a «los que les angustia» la crisis
Miles de personas acompañan a la Virgen de los Desamparados durante una jornada donde los fieles le confirmaron su devoción.
VALENCIA- Ni la lluvia intermitente, ni el viento que soplaba a primeras horas de la tarde restaron brillo a la procesión de la Virgen de los Desamparados que recorrió las calles del centro de Valencia.Fueron muchos los que, pese a la incertidumbre climatológica, se acercaron hasta la Catedral para asistir al último acto de este fin de semana dedicado a la patrona de la ciudad y acompañar a los participantes a lo largo del recorrido.Los encargados de abrir la procesión fueron las falleras mayores y los presidentes de las diferentes comisiones que recibieron los aplausos de las personas que esperaban con impaciencia la llegada de la imagen de la Virgen. Con el paso de las Falleras Mayores de Valencia, María Pilar Giménez y Ariadna Galán, y de sus Cortes de Honor, se dio por finalizado el desfile de la comitiva fallera y dio comienzo el de los clavarios.En torno a las ocho de la tarde, veintiuna salvas anunciaron la salida de la Virgen de los Desamparados, por la Puerta de los Apóstoles, para iniciar su camino de vuelta a la Basílica. El paso de la imagen ante los fieles, que se produjo bajo una lluvia de pétalos, estuvo acompañado por los vítores y cánticos que algunos de los presentes dedicaron a la patrona y que hicieron revivir algunos de los momentos de máxima devoción acontecidos durante los actos que se organizaron por la mañana.«Infants» y «Descoberta»Y es que la jornada empezó temprano para los más devotos que, una vez finalizada la Dansà, esperaron durante horas la apertura de las puertas de la Basílica para presenciar la misa de «Descoberta» y ser testigos de uno de los momentos más emotivos, la descubierta de la imagen de la Virgen.Horas más tarde, la atención se trasladó de nuevo a la Plaza de la Virgen, donde el arzobispo de Valencia, Carlos Osoro, presidió la «Misa d'Infants», en la que participó la Fallera Mayor Infantil de Valencia, y a la que asistieron el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, y la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá. Durante su homilía, el arzobispo de Valencia, Carlos Osoro, exhortó a «no cerrar los ojos ni permanecer con los brazos cerrados con espíritu pesimista» ante la crisis económica y encomendó a la Virgen a aquellos que viven situaciones de «precariedad económica, de angustia por no llegar a fin de mes, de temor ante perdidas de trabajo».Finalizada la ceremonia, los fieles se agolparon de nuevo a las puertas de la Basílica para acompañar la salida de la Virgen. Con el inicio del traslado, los valencianos volvieron a dar muestras del fervor que sienten ante su patrona, pugnando por llevar la imagen a hombros y tirando de picardía para acariciar el manto. Como en años anteriores, los protagonistas volvieron a ser los más pequeños que, tras pasar de unos brazos a otros, alcanzaron a tocar a la Virgen antes de ser devueltos a sus progenitores, que emocionados, trataban de consolar a los pequeños.El recorrido, que duró poco más de veinticinco minutos, terminó con la entrada de la Virgen por la Puerta de los Hierros de la Catedral, donde permaneció hasta el inicio de la procesión vespertina.
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