Danza
Festival de Granada 2012 por Gonzalo Alonso
Esta semana la Orquesta Nacional de España ha inaugurado la 61 edición del Festival de Granada con «La vida breve» de Falla e «Iberia» de Debussy, compositor a quien se dedica este año. La iniciativa celebra los 150 años del nacimiento de Debussy, figura muy relacionada con España y no sólo por la influencia entre su música y la nuestra, sino también por apoyos como el que prestó a Falla para que pudiese estrenar en 1913 la que es su ópera emblemática. Estos aspectos quedan reflejadas en la programación diseñada por Enrique Gámez con la que puso fin a doce años de rectoría de la muestra. Persona culta e inteligente, supo llevar las riendas con ideas y sortear los recortes de los últimos años que, por ejemplo, han supuesto la reducción del presupuesto desde los cuatro millones del pasado año a los 3,3 del presente. Uno de los méritos de su larga etapa ha sido compatibilizar la exquisitez de algunas propuestas con la apertura a la ciudad, bajando de la Alhambra. Muchas propuestas se han desarrollado en escenarios antes alejados del festival. Su nuevo responsable, Diego Méndez, apuesta por aumentar su internacionalización y su temporalidad. No va a ser tarea fácil y requerirá una amplia participación del empresariado, a quien intenta convencer de la «oportunidad de negocio» que supone esta cita cultural.
La programación incluye entre sus platos fuertes el impresionante binomio Beethoven-Ligeti, a cargo de la OCNE; la presentación de Dutoit con la Royal Philharmonic Orchestra; la presencia de la generación ascendente de directores como Mena, Heras-Casado o Sokhiev al frente de las orquestas Ciudad de Granada, Barroca de Friburgo y Nacional del Capitolio de Toulouse, y el Javier Perianes como artista residente. Tampoco se olvida el centenario de Montsalvatge o los 300 años de la muerte de Cabanilles, y la danza tiene una amplia presencia con el Bayerisches Staatsballett München, el Birmingham Royal Ballet, Olga Pericet y María Pagés.
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