La Iglesia española en tiempos de laicismo

Con el tripartito catalán en 2003, la llegada de Rodríguez Zapatero a la Moncloa en abril de 2004 y un gobierno de izquierda laicista en Galicia desde agosto de 2005, la Iglesia española ha afrontado años especialmente complicados. Grupúsculos muy subvencionados y leyes de ingeniería social crearon un ambiente hostil al cristianismo. Como consecuencia, las asociaciones pro vida, pro familia y las familias católicas salieron a la calle en numerosas ocasiones.

Los laicos se organizaron en asociaciones como el Foro de la Familia, E-Cristians o HazteOir, mejorando su capacidad de acción. Las manifestaciones «La familia sí importa» (julio de 2005), «Por la libertad de educación» (noviembre de 2005) y «Cada vida importa» (octubre de 2009) congregaron cientos de miles de personas contra leyes gubernamentales incompatibles con la visión cristiana de los valores. La «cruzada» laicista contra los belenes y la Navidad llevó a los católicos a colgar balconeras navideñas o usar pegatinas cristianas en los coches. Tanto la Conferencia Episcopal como las asociaciones católicas aprendieron a usar la publicidad en campañas de comunicación (vallas, autobuses y televisión).

Benedicto XVI renovó y rejuveneció al episcopado. Cinco obispos designados por él tienen menos de 50 años: José Ignacio Munilla en San Sebastián, Mario Iceta en Bilbao, Xavier Novell en Solsona, Carlos Escribano en Teruel y Ginés García en Guadix. El Papa visitó Valencia en 2006 para apoyar a las familias católicas, y Barcelona y Santiago en noviembre de 2010 para dar un mensaje de defensa de las raíces cristianas y de nueva evangelización. Y han llovido santos españoles: 479 son mártires del siglo XX elevados a los altares en 2006. Pero hay muchos más: Paula Montal y Alonso de Arozco (en 2001), el Padre Manyanet (2004), Francesc Coll y el Hermano Rafael (en 2009) y Madre Cándida (en 2010), además de los cinco que canonizó Juan Pablo II en Madrid en 2003: Maravillas de Jesús, el padre Rubio, Pedro Poveda, Genoveva Torres y Ángela de la Cruz. Además, Benedicto XVI estableció la norma de celebrar las beatificaciones en las diócesis del beato, y así Andalucía acogió la de Fray Leopoldo y Cataluña la de Josep Samsó, entre otras muchas.