Londres
Martin Amis maldita revolución sexual
«LA VIUDA EMBARAZADA»Martin Amisanagrama504 páginas 23,50 eurosLa revolución sexual de las mujeres la ganaron los hombres. ¿Por qué? ¿Qué sucedió? ¿Qué errores se cometieron? ¿Cuáles fueron los efectos sobre las parejas? «Porque "llámame alguna vez"es un chantaje emocional, ¿sabes? Y no están permitidos los compromisos. Los chicos han ganado otra vez».
Martin Amis aborda en «La viuda embarazada» (Anagrama) estas cuestiones y esboza las contradicciones y consecuencias imprevistas que la emancipación femenina tuvo en la década de los setenta. Unos años de tentativas, desaciertos y desorientación: algunos muchachos se sentían como anacronismos en aquel ambiente donde las parejas comenzaban a estar formadas por dos personas y ellas empezaban a comportarse en las relaciones igual que ellos.
El novelista de lo políticamente incorrecto, acusado de misógino, defensor de una controvertida política sobre lo que él denomina el «tsunami plateado» (los ancianos) y firme detractor del fanatismo islámico, recurre a sus recuerdos para preguntarse qué falló, por qué ganaron los chicos y, sobre todo, por la estela de víctimas que hubo durante ese reajuste.
El autor parte de su autobiografía. Se ve que ha encontrado en lo memorialístico, en las raíces de lo personal, las coordenadas para afrontar los problemas contemporáneos que le preocupan. Ya lo había hecho con anterioridad. Su padre, Kingsley, le dio pie para analizar el comunismo en su libro «Koba, el temible» y él mismo se convirtió en materia para desbrozar en «Experiencia». Ahora es el recuerdo de Sally, su joven hermana, que falleció a los 46 años –en la novela comparte rasgos con Violet– quien le brinda la oportunidad para reflexionar sobre las personas que se extraviaron en aquel camino. El rostro del propio escritor se adivina detrás del joven protagonista, Keith, con el que comparte paralelismos: ambos frisan la veintena en 1970, los dos colaboran en revistas literarias en ese momento y aspiran a convertirse en escritores prometedores. Incluso tienen una estatura semejante, como se subraya en una descripción irónica de los personajes que refleja el tono que se haempleado en ocasiones en el libro: «Lily: 1,65 m, 86-64-86. Scheherezade: 1,78 m, 94-58-84. ¿Y Keith? Bien, pues de la misma edad, y delgado (y moreno, de barbilla engañosa, barba incipiente, aire testarudo); y se ubica en ese harto disputado territorio existente entre 1,67 y1,70 metros».
Humor inglés
Amis concentra en un grupo de amigos que veranean en Italia las sensaciones y emociones de ese periodo, las del pasado y las que sobrevendrán luego, a través de una serie de «flashbacks» y «entreactos». La obra está estructurada en dos partes: una primera, que recuerda a las novelas inglesas tradicionales, recargada de humor; y una segunda, más breve y rápida, que narra el desenlace de los personajes y que llega hasta el año 2009.
El novelista recupera en esta obra parte de los temas y obsesiones que había en sus primeras obras. Su objetivo es mostrar un retablo de las contradicciones, daños, inseguridades, traiciones y traumas sexuales que dejó esa época. En la narración novelística va intercalando los precedentes y los avances sociales de los años sesenta: la presencia cada vez mayor de las mujeres en las aulas universitarias, la aparición de la píldora (1960) o la Ley del Pago Igualitario (1963). A la revolución feminista, entonces, se sobrepuso la revolución sexual. Era plena Guerra Fría, un contexto cuya influencia comenta con sorna: «El miedo mortal podía hacer que uno desease una relación sexual, pero no le hacía desear amar. ¿Por qué amar a alguien cuando todo el mundo podría desaparecer de pronto? Así que quizá era el amor el que había resultado herido».
En este progreso de las libertades, la fractura surge cuando «el sexo se divorció del sentimiento» y las apariencias reemplazaron a la esencia. Es una de las tesis, de las teorías que Amis, empeñado en subrayar algunos de los efectos destructivos que provocó este cambio, maneja en el libro. «Las chicas necesitamos ser guapas más que nunca. Ya lo verás», adivina Lily, la novia de Keith, preconizando ese materialismo que sobrevendrá después. Esa tiranía del espejo que nos condiciona en la sociedad actual y que él ya ha criticado con anterioridad. El autor, a través del narrador, afirma: «La posición del sentimiento se vio desplazada y esto fue lo que casi acabó con él y con decenas y decenas de millares, –quizá decenas de millones– de personas».
Almas extraviadas
En esa corriente de cambios y evoluciones hubo quienes salieron adelante, y se adaptaron, y hubo otros que fracasaron y se perdieron. «¿Qué se hace en una revolución? Esto. Te apenas por lo que se va, reconoces lo que permanece, saludas a lo que llega». La historia incidirá en el destino de Violet, una de las almas que se extravían en ese oleaje, donde las chicas suelen comportarse como los chicos: «El hecho es que Vi viola a mariquitas y sale con equipos enteros de fútbol». Al trasluz de este personaje se ven los malentendidos en los que se cayeron.
La obra, que no le reportará demasiadas amigas al escritor, a pesar de que es más feminista de lo que parece en un primer momento, no elude los miedos y las dudas que sintieron los hombres ante la liberación sexual femenina. En un párrafo glosa esa transformación: «Lily se cambió de corte de pelo, compró montones de minifaldas y pantalones cortados y tops sin tirantes ni mangas y blusas transparentes y botas de charol hasta las rodillas y pendientes de aro y lápiz de ojos y todas esas cosas que necesitan las chicas como paso previo para ponerse a actuar como chicos. Y Keith se limitó a seguir siendo el mismo».
Los hombres, sin embargo superarán pronto el estupor inicial y no vacilarán en aprovecharse de una circunstancia que les permitirá disfrutar de sexo sin contraer demasiadas obligaciones a cambio. «Los chicos comienzan a ver a las chicas como objetos», se asegura. Ese es el resultado. La belleza entra en juego. Quizá con más fuerza que con anterioridad. Y esa fascinación por lo exterior es una de las críticas que se recalcan.
Con la belleza sobreviene siempre una exaltación de la juventud. Y es ahí, quizá, donde Amis aprovecha para introducir uno de los principales temas de la novela: la vejez, su confrontación con los jóvenes y esa profecía que tanto revuelo ha generado: «Habrá guerras de edad, y limpiezas cronológicas...». Pero Amis se reserva para el final una última y terrible paradoja: «Silvia dijo que, para 2110, Europa estaba destinada a convertirse en un continente de mayoría musulmana. La mujer feminizada –había dicho– no tiene más que un hijo. Así que el resultado final de vuestra revolución sexual bien podría ser la sharia y el velo... No va a ser así sin más, por supuesto. Estamos a un siglo de distancia. Imagínate todo lo que va a suceder entretanto».
Sobre el autor
Martin Amis es el más polémico de una generación de autores entre los que destacan Julian Barnes o Ian McEwan.
Entre sus obras más relevantes sobresalen
«El libro de Rachel», «Dinero», «Campos de Londres» y «La información»
Ideal para...
Para aquellos que les interesan la revoluciones sociales enmarcadas en las décadas de los sesenta y los setenta
Un defecto
La primera parte del libro puede resultar demasiado extensa y minuciosa si se compara con la segunda, mucha más breve, en la que se cuenta, el destino final de los de personajes de la novela.
Una virtud
Es un texto original y polémico que recupera la esencia de Martin Amis, el humor que les caracteriza y un buen puñado de guiños literarios. Aporta, además, una estructura original.
Puntuación
8
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