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Gadafi se aprovecha del titubeo de Occidente

Muamar Gadafi parece dispuesto a recuperar el este de Libia y hacerlo con todos sus medios, a pesar de que esto le esté restando cada vez más legitimidad y le haya costado la condena de la Liga Árabe

Varios niños juegan encaramados a un tanque en la ciudad de Benghasi
Varios niños juegan encaramados a un tanque en la ciudad de Benghasilarazon

Pero el coronel no ha cedido hasta ahora a la presión internacional y está aprovechando las reticencias y precauciones del resto del mundo para lanzar un duro contraataque, que podría acabar con los rebeldes en pocos días. «La comunidad internacional tiene mucho tiempo. Nosotros, no», nos decía uno de los portavoces del Gobierno rebelde en Bengasi, y es que los revolucionarios pierden posiciones cada día que pasa.

 Ayer, las fuerzas de Gadafi se aseguraron la ciudad de Ras Lanuf, después de tres días de cruentas batallas, que han dejado la ciudad destrozada y desierta. Los rebeldes se habían concentrado en proteger las instalaciones petrolíferas a varios kilómetros del centro habitado, cuyo control es estratégico para ambos bandos, pero acabaron retirándose. La aviación siguió bombardeando toda la zona, y llegó hasta el enclave petrolífero de Brega, a unos 100 kilómetros más hacia el este, y que es el próximo objetivo de Gadafi, quien no puede permitirse la humillación –y las pérdidas económicas– de no controlar dos de los principales puertos petroleros de Libia.

La línea de batalla donde se enfrentan las tropas terrestres se sitúa en algún punto del desierto entre Ras Lanuf y Brega, pero los aviones del coronel han penetrado más allá de las líneas rebeldes, anunciando su próxima llegada: las fuerzas gubernamentales avanzan decididas hacia el este, atacando por tierra, mar y aire, en la que el régimen considera como la lección y batalla definitiva, tal y como advirtió el hijo de Gadafi, Seif al Islam.

El dictador también lanzó ayer un contraataque contra Misrata, en el oeste, que había sido liberada con gran esfuerzo por los rebeldes: las fuerzas de Gadafi habrían rodeado la ciudad con tanques y se prepararían para reconquistarla empleando toda su artillería pesada, al igual que ya hicieron con la ciudad de Zauia. Ayer la Prensa internacional fue llevada hasta Ras Lanuf para que pudiera comprobar que la ciudad ya había sido «limpiada» de revolucionarios.

En todo el país, éstos están luchando como pueden, a pesar de la superioridad del Ejército libio, y resistiendo a la espera de la ayuda internacional. El respaldo que ofreció ayer la Liga Árabe al establecimiento de una zona de exclusión aérea es fundamental para los rebeldes, pero no es suficiente: el organismo ha pedido a la ONU que estudie esta medida, aunque ha vuelto a rechazar la intervención extranjera en Libia. La Unión Europea y la OTAN pidieron la aprobación de los países árabes para actuar en Libia, pero esta posibilidad todavía queda muy lejos y tendrá que superar muchos otros obstáculos. El tiempo juega a favor de Gadafi sobre el campo de batalla y el Gobierno rebelde lo sabe, por ello intenta acelerar la ofensiva política, exigiendo su reconocimiento como único representante del pueblo libio, algo que hasta el momento sólo ha hecho Francia.