Zaragoza
El otoño a destiempo
Las elevadas temperaturas en octubre disparan la contaminación, el riesgo de sequía y hunden al comercio
MADRID- Como demostraron los candidatos Rubalcaba y Rajoy en su breve encuentro durante la celebración del Día de la Hispanidad, el perpetuo «veranito de San Miguel» que llevamos más de una semana viviendo se ha convertido en algo más que un tema recurrente de conversación. Las elevadas temperaturas no permiten pensar en el otoño y menos en un frío invierno.
Los datos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) alertan de que el mes de septiembre ha sido el más seco desde 1988 y que las temperaturas de la primera quincena de octubre se parecen más a las que se dan normalmente en el mes de julio. El culpable es un anticiclón que permanece estable en la Península y que genera un aire más cálido de lo normal, «es subtropical. Procede de las Azores y Canarias», explica Ángel Rivera, portavoz de la Agencia.
Ayer, la máxima temperatura no la registró el sur de la Península sino Orense. Sus termómetros alcanzaron los 34 grado y hoy, los pronósticos no varían.
El sol no cede ante las nubes y la lluvia. La falta de riego en toda España preocupa, sobre todo a las grandes urbes donde la contaminación se ha instalado sin problemas. «Situaciones como la que estamos viviendo no prueban el cambio climático, tampoco se oponen a ella, ya que hay una mayor tendencia a las olas de calor», asegura Rivera.
Otras consecuencias del prolongado verano son el retraso de la recogida de la fresa o la llegada de las grullas a Zaragoza. Sin ellas, no comienza el verdadero otoño.
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