Artistas
Regreso al futuro
Como por estos reinos castellanos y leoneses algunos dirigentes políticos y aspirantes que nunca consiguieron serlo parecen instalados en el día de la marmota, y con ello disfrutan, nosotros hablaremos de otras cosas. Me comentaba el otro día un amiguete que menuda prima se llevan los de la Selección Española. ¿Cuánto?, repuse yo, casi por inercia. Seiscientos mil euros, me dijo este forofo indignado, al que explique: vamos a ver, ¿tú no has visto el anuncio de la Visa?, en el que se dice que hay cosas que no tienen precio. Sí, me repuso. Lo reconoció también de forma un poco inerte, pero por el rabillo del ojo observé que se quedaba pensando. Este buen hombre lleva casi diez meses en paro. Por lo menos no tiene una familia que mantener, pero él mismo se daba cuenta en ese momento de que hay cosas y cosas. Aunque todas tengan su relativa importancia, como diría alguno en alguna serie de moda que nunca hubiéramos querido que acabase. Y hasta ahí puedo leer. El mundial de fútbol reúne muchas, pero que muchas y muy diferentes sensibilidades. Y el papel de España va a condicionar nuestros estados de ánimos, pero también muchas cuentas de resultado de algunas empresas que se han lanzado a promocionar sus productos asegurando que regalarán ciertos bienes si «la roja» conquista la Copa. Ya lo apuntaban algunos como grito de guerra: «poco pan y pésimo circo». Esperemos que espectacular... el circo. O lo que cantaba Calamaro en su «Honestidad Brutal»: «antes pelo, ahora gente; antes lucha ahora circo; antes pan, ahora clonazepán». Y es lo que hay, o miramos al frente como podamos, o nos hundiremos en la miseria, el sopor y la mayor de decadencias: la perdida de ilusión por el futuro.
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