Elecciones en Grecia

Papandréu acorralado en casa

Costas Karamanlis, el ex primer ministro conservador, conversa con miembros de su partido, ayer, en el Parlamento griego
Costas Karamanlis, el ex primer ministro conservador, conversa con miembros de su partido, ayer, en el Parlamento griegolarazon

Madrid- El afán de supervivencia política ha puesto contra las cuerdas a Yorgos Papandréu. Empeñado a toda costa en no convocar elecciones anticipadas, el primer ministro griego se encuentra cada día más aislado políticamente. Aunque en la pasada madrugada su Gabinete apoyó su idea de convocar el 4 de diciembre un referéndum sobre el segundo rescate de la UE, cada día son más los que piensan que el líder socialista ha ido demasiado lejos.

Ayer comenzó en el Parlamento el debate sobre la moción de confianza que será votada la noche del viernes. No pudo estar Papandréu, obligado a viajar con urgencia a Cannes para explicar a Angela Merkel y Nicolas Sarkozy las razones de su plebiscito. «El Gobierno ha perdido la legitimidad política y se esconde detrás de una consulta popular con una pregunta inaudita», comenta a Efe el analista político griego Stavros Ligeros. En su opinión, el referéndum «es un gran error y el pueblo no va a querer darle a Papandréu la excusa de que cuente con su apoyo para continuar por la misma senda». Ligeros va incluso más allá y se atreve a pronosticar que, «al final, Papandréu dará marcha atrás porque queda por ver si reunirá a los 151 diputados necesarios para firmar una solicitud de referéndum ante el presidente heleno». Y es que el líder socialista cuenta sólo con el apoyo de su grupo parlamentario y con el voto de la diputada independiente Elsa Papadimitriu, que declaró ayer que votará a favor del Gobierno porque «las elecciones anticipadas serían una catástrofe y tal vez llevarían a Grecia fuera del euro». En contra del primer ministro votará la oposición en bloque, encabezada por los conservadores, cuyo líder, Antonis Samaras, comentó que el referéndum «muestra el pánico en el que se halla el Gobierno, que debe irse lo antes posible». La situación general y las relaciones con la oposición se han crispado aún más tras la decisión de Panos Beglitis, ministro de Defensa y muy próximo a Papandréu, de reemplazar sin explicación a los responsables del Ejército por oficiales más afines al primer ministro.