Detroit
España tiene potencial para crecer por Mario Armero
En estos días en los que la sociedad y la economía española viven momentos agitados y faltos de confianza, hay un sector que, a pesar de la situación en la que se encuentra, intenta aportar dosis de positivismo, tan necesarias. Ese es el automóvil.
Y ese aspecto positivo se concreta en inversiones en España. Este sector es un claro ejemplo de apuesta industrial por España. ¿Saben ustedes quién ha realizado la primera inversión industrial en los últimos tres meses? Han acertado: EL AUTOMÓVIL. La multinacional NISSAN anunció la semana pasada una inversión de 100 millones de euros en su planta de Ávila, con la adjudicación de un nuevo modelo, lo que garantiza a medio plazo la viabilidad de la factoría. Esta inversión es un oasis en el desierto de pesimismo en el que permanentemente se vive en España.
La industria del automóvil está preparada y capacitada para ser la punta de lanza que inicie la senda de la recuperación económica y social. El automóvil representa más del 10% del PIB español, el 20% de las exportaciones totales del país y emplea directa e indirectamente a cerca de dos millones de personas. Son cifras que demuestran el arraigo y la importancia de la industria del automóvil para nuestro país. Hay 17 centros de fabricación repartidos por 9 comunidades autónomas, y créanme cuando les digo que para cada una de esas comunidades autónomas estos centros productores de tecnología suponen la pieza angular del desarrollo económico de la región.
Para consolidar inversiones como las ya realizadas es necesaria una apuesta clara por una política industrial que apueste por sectores tecnológicos punteros y capaces de generar riqueza para el país y que además proyecten una buena imagen internacional de España. Y como primer símbolo de desarrollo e innovación tecnológico, está el automóvil.
El sector representa la locomotora que arrastra tras de sí un enorme conjunto de sectores industriales y económicos. Cuando alguien compra un coche, además de adquirir kilos de tecnología, compra miles de referencias (seguros, financiación, transporte, etc.) y además adquiere valores como la libertad, movilidad, etc.
Pero no podemos abstraernos de la situación del mercado y la producción con volúmenes muy por debajo de lo deseable y de lo que sería normal para un país como España. Pero creo firmemente que esas cifras están para ser batidas y España tiene potencial para hacerlo. El automóvil puede ser la palanca de crecimiento que necesita nuestro país, generando confianza en la sociedad española. Con un pequeño «empujón», en forma de medidas expansivas, que favorezcan una necesaria renovación del parque automovilístico español, podríamos entrar en una espiral de crecimiento extra de hasta 0,25 puntos del PIB. Hoy en día, el automóvil es de los pocos sectores españoles que conjuga las dos columnas sobre las que nos debemos apoyar para salir de la crisis: austeridad y crecimiento.
Un plan de estímulo en el automóvil no genera déficit, todo lo contrario, aporta unos ingresos extras, muy necesarios para la situación actual. Por cada euro invertido en este tipo de medidas se recuperan tres. Y además, aporta crecimiento, en forma de creación de empleo, aumento de la producción en nuestras factorías, bien de vehículo o componentes, movería el mercado de los seguros y de la financiación, etc.
Y, si además de mejorar la calidad de los coches que circulan hoy en día por nuestras carreteras, se realiza una política industrial encaminada a mejorar la competitividad en factores como la logística, la I+D+i, los temas laborales (bien enfocados con la reforma laboral), la fiscalidad, etc., estaremos en un escenario que nos situará en la «pole position» de la salida de la crisis.
Otros países ya han utilizado esta fórmula con éxito. Por ejemplo, Estados Unidos, donde la recuperación se ha basado en tecnología y automóvil. Cuando hace pocos años todo el mundo daba por hundida la industria de Detroit, hoy en día se están abriendo nuevas factorías.
En definitiva, el automóvil puede jugar un papel clave en la recuperación de España. No es tiempo de mirar hacia otro lado, es tiempo de tomar decisiones valientes, es tiempo de volver a la reindustrialización del país, ES TIEMPO DEL AUTOMÓVIL.
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