Barcelona
Espaldarazo a la red de ferrocarriles
Bruselas incluye a los corredores ferroviarios del Mediterráneo, Central y Atlántico en la red prioritaria de transporte. Europa aportará hasta un 20% del dinero para su construcción
Bruselas- Desde ayer, España está menos aislada, aunque de momento sólo sobre el papel. La Comisión Europea ha seleccionado los tres corredores por los que el Gobierno ha presionado fuerte para ser considerados parte de la red prioritaria para transporte de pasajeros y mercancías que la UE quiere armar en las próximas dos décadas. El gran vencedor ha sido el Corredor Mediterráneo, una vía ferroviaria de 1.300 kilómetros por la que el Ejecutivo y las regiones implicadas –Andalucía, Murcia, Valencia, Baleares y Cataluña– han presionado sin descanso en los últimos meses a Bruselas. Tanto es así que, según cuentan fuentes comunitarias, se logró convencer a los expertos para financiar un segundo ramal completo a lo largo de la costa hasta Almería, y de ahí a Granada, Sevilla y Algeciras, más allá del plan inicial de la Comisión que contemplaba llevar la vía ferroviaria sólo hasta Valencia, y de allí a Madrid y Algeciras.
Cambio del trazado
El trazado ha sido ligeramente modificado al no discurrir el último tramo a lo largo de la costa por Málaga hasta Algeciras, tal y como se defendió desde nuestro país en un principio. Fuentes comunitarias explicaron que se consideraba «irreal» por su coste económico, medioambiental y por ser un proyecto aún inexistente.
Los otros proyectos españoles que la Comisión considera prioritarios para ser incluidos han sido el Corredor Central, que conectará Zaragoza con Madrid, y el Atlántico, que unirá Francia con Portugal, pasando por el País Vasco y Valladolid. Sin embargo, Aragón se quedará sin el túnel con Francia. A pesar de ser considerado desde 2003 como prioritario se ve como un proyecto «irreal», según afirmó el comisario europeo de Transporte, Siim Kallas.
Los diez corredores propuestos, junto con otros casi 150 proyectos para mejorar puertos, aeropuertos o cuellos de botella en la UE, deberán pasar a la mesa de discusión del Parlamento Europeo y el Consejo (que agrupa a los Gobiernos de los Veintisiete). Expertos comunitarios esperaban ayer una dura batalla política en ambas instituciones, que deberán presentar la lista final para principios de 2013. El coste total de la red europea de transportes que la Unión quiere terminar para 2030 asciende a 500.000 millones de euros, de los que 250.000 millones se gastarán entre 2014-2020. De esta factura, unos 56.000 millones llegarán desde los fondos europeos, 31.700 de los cuales se destinarán a las redes ferroviarias. El resto será aportado por los estados miembros, en un momento en el que las cajas nacionales tiritan. En el caso de España, sólo un 20% de la factura vendrá de las arcas europeas, que aumentará hasta el 40% para los tramos transfronterizos.
El ministro de Fomento, José Blanco, adelantó ayer que nuestro país deberá invertir 49.800 millones hasta 2020 para los tres ejes, de los que la mayoría –un 39%– se destinarán al Corredor Mediterráneo. Por eso, habló de «responsabilidad», porque la elección «exige un segundo gran esfuerzo para modernizar las infraestructuras del país». «Me siento orgulloso de haber probado que se pueden defender los intereses de todos en la UE. Se ha demostrado que todos los corredores propuestos por España son compatibles y se refuerzan entre sí», dijo Blanco.
Los presidentes de la Generalitat Valenciana, Alberto Fabra, la de Cataluña, Artur Mas, el Govern de las Islas Baleares, José Ramón Bauzá, y de la Región de Murcia, Ramón Luis Valcárcel, manifestaron en un comunicado su «alegría» por la decisión y reclamaron al Gobierno que cumpla los plazos y compromisos de inversión.
Monago: «Blanco me ha dado una puñalada trapera»
Apuñalado de forma «trapera» por Blanco y Zapatero. Así se siente el presidente extremeño, el popular José Antonio Monago, después de que el Eje 16 no haya sido incluido en la Red Básica europea. En tono visiblemente indignado, Monago recriminó al Gobierno estar «haciendo siempre caricias a los que hacen reivindicaciones nacionalistas», en alusión al Gobierno de Cataluña. «Al final, los que tienen más siempre siguen teniendo más», afirmó. «Espero que ni el señor Blanco ni el señor Zapatero vengan a Extremadura a hacer campaña, porque esto no se le hace a un pueblo como Extremadura», sentenció.
Más mesurada en las formas se mostró su compañera de filas Luisa Fernanda Rudi, presidenta de Aragón, otra de las comunidades damnificadas por la decisión de Bruselas sobre el Eje 16. Rudi aseguró que aunque se ha perdido una batalla, seguirá dando guerra hasta lograr su objetivo. «Haremos pedagogía en el resto de España y en Europa», dijo antes de acusar al Ejecutivo de Zapatero de «desidia» en su actitud con el corredor del Pirineo central.
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