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La flauta rusa no suena
MADRID-El empate a uno en Moscú sólo sirvió para retrasar la sentencia del CSKA, que, no obstante, también marcó en este partido cuando la decisión ya estaba tomada. Higuaín hizo el 1-0; el 2-0, Cristiano, con la colaboración del portero, y el 3-0, Benzema, nada más salir. Tosic sorprendió con el 3-1, pilló desguarnecida a la defensa y soltó un zurdazo que antes de entrar pegó en el larguero. El Madrid es una apisonadora, una máquina de golear –Ronaldo firmó el 4-1–; pero concede ocasiones impropias de su categoría. Sus deslices cuestan goles, y enfados que Mourinho no disimula. Como no espabile, esas distracciones podrían costarle partidos; o títulos, que es peor.
Aquel gol de Wernbloom, cuando el Luzhniki se había resignado a una derrota por la mínima tras el tanto de Cristiano Ronaldo, dibujó una sonrisa en el rostro de los seguidores del CSKA. No sé cómo se dice en ruso ¿y si sonara la flauta?, pero seguro que lo pensaron. Y cuando en el Bernabéu Doumbia se vio ante Casillas y disparó al graderío (min 8), seguro que más de un seguidor moscovita escuchó algo parecido a un sonido angelical que le transportaba a la gloria... Efímera, en todo caso. Repuesto el Madrid del accidente, fue Chepchugov, el otro portero, quien empezó a intervenir.
Era lo normal que el Madrid cercara al CSKA, que le embotellara y que no le permitiera más alegría que el destello inicial. El más empeñado en sentenciar era Cristiano Ronaldo. Concentrado, veloz, incisivo, ambicioso, sólo miraba al frente, corría y, próximo a la línea de fondo, centraba.
Del ímpetu del portugués se contagió Sergio Ramos, que salió desde la defensa hasta el centro del campo para hacer una falta tan aparatosa como innecesaria. El árbitro ni se tocó el bolsillo. Al cuarto de hora, Özil entró en el área e Ignashevich se lo quitó de encima, le dio un suave empujón, suficiente para hacerle perder el equilibrio. Fue como el de Cisma a Cesc, en El Sardinero, lo que sacó a relucir el famoso criterio arbitral: Del Cerro Grande señaló penalti y Stéphane Lannoy, nada.
Al margen de esa acción, tan diferente de juzgar según el colegiado, lo evidente es que el Madrid buscaba el gol, lo perseguía, y no sólo con Cristiano. Lo intentó Kaká y fue éste, en una jugada que empezó Khedira, quien centró para que Higuaín hiciera el 1-0. Restablecida la lógica hegemonía, el Real no cejó en la presión, pero disminuyó la velocidad. Levantó el pie y no porque esperara una reacción del CSKA, que continuó en la «cueva», cuando lo que necesitaba era marcar dos goles si pretendía pasar a cuartos.
Lo más sorprendente del partido fue que Xabi Alonso lanzó una falta que Ronaldo no desdeñaba; lo habitual, que la tiró alta, como suele hacer Cristiano. Luego hubo un disparo de Musa que Casillas despejó a córner y terminó la primera parte. Empezó la segunda con «CR7» empeñado en amargar la noche a los rusos. Le ganó un mano a mano Chepchugov y en el minuto 55 ensayó otra treta: tiró desde fuera del área, muy lejos, el balón botó delante del portero quien, con las manos, lo ayudó a entrar. El 2-0 obligó a Slutski a estirar líneas, ya no tenía coartada para mantenerse atrás, por si sonaba la flauta, que sigo sin saber cómo se dice en ruso.
Nada cambió. El Madrid era dueño y señor del partido y el CSKA, un grupo que tendía a cerrarse, por costumbre, y al que resultaba imposible creer en el milagro. Desde que se reanudó la temporada en su país no ha pasado del empate. Le falta rodaje, también calidad. Está a años luz del Madrid, que no necesitó hacer un partidazo para deshacerse de un adversario tan simple.
Resuelto el compromiso, José Mourinho retiró a Higuaín, que había cumplido, y entró Benzema. Llevaba un minuto en el campo cuando centró Özil y en dos disparos hizo el 3-0. Poco antes Doumbia desperdició una ocasión que le brindó Casillas. Poco después Tosic no perdonó.
El Madrid hace demasiados regalos en defensa, despistes que exigen a Xabi Alonso emplearse más allá del reglamento, que le cuestan la amarilla –la que vio ayer le privará del próximo partido– y luego ha de contenerse. Si Xabi se reprime, el equipo lo nota, sobre todo en defensa. Arriba es diferente, marca porque no tiene otro objetivo, y porque su calidad le da para ello. El cuarto gol se lo dejó Benzema en bandeja a Ronaldo. Pudo chutar Karim, pero vio completamente desmarcado al compañero y le pasó la pelota. El 4-1 no fue exagerado.
FICHA TECNICA.
--RESULTADO: REAL MADRID, 4 - CSKA MOSCU, 1 (1-0, al descanso).
--ALINEACIONES.
REAL MADRID: Casillas, Arbeloa, Sergio Ramos, Pepe, Marcelo; Xabi Alonso, Khedira; zil (Lass, min. 87), Cristiano Ronaldo, Kaká (Granero, min. 76); Higuaín (Benzema, min. 69) .
CSKA MOSCU: Chepchugov; Alexei Berezutsky, Ignashevich, Vasily Berezutsky, Shchennikov; Musa (Oliseh, min. 60), Wernbloom, Aldonin (Mamaev, min. 46), Tosic (Necid, min. 81); Dzagoyev, Doumbia.
--GOLES.
1-0, min. 26: Higuaín.
2-0, min. 55: Cristiano Ronaldo.
3-0, min. 70: Benzema.
3-1, min. 77: Tosic.
4-1, min. 92: Cristiano Ronaldo.
--ARBITRO: Stéphane Lannoy (FRA). Amonestó a Xabi Alonso (min. 50) por parte del Real Madrid; y a Chepchugov (min. 15), Vasily Berezutsky (min. 32), Musa (min. 39) por parte del CSKA Moscú.
--ESTADIO: Santiago Bernabéu.
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