Génova
El PP denuncia «boicot» del PSOE en la cesión de todos sus feudos
La situación financiera del Estado autonómico es una bola de nieve que parece que no va a dejar de crecer al menos hasta después de las elecciones generales.
Mariano Rajoy convocó ayer a la Junta Directiva Nacional de su partido, máximo órgano entre congresos, para seguir ensayando el discurso presidencialista de quien se ve ya con un pie en La Moncloa y tiene que administrar un gran problema, que se le viene encima, sin ayudar al candidato socialista Alfredo Pérez Rubalcaba a despertar al votante de izquierdas. Por de pronto, preventivamente, ayer alertó del riesgo de que España no cumpla con el objetivo de déficit impuesto para este año por la Unión Europea. Y a sabiendas de que el PSOE usará su advertencia para acusarle de catastrofista, a renglón seguido matizó su profecía. «Se puede cumplir con el déficit si todos somos leales». En el PP están seriamente preocupados por este asunto: dan por hecho que Rubalcaba no va a aceptar que se adopten más decisiones impopulares con un coste electoral y que tampoco habrá nuevas reformas en los próximos meses. «Y con este nivel de crecimiento, el objetivo de déficit es una cima a la que podemos no llegar», sostienen en Génova. El líder popular ofreció al Gobierno lealtad institucional, y subrayó su disposición a colaborar si éste acepta hablar a «calzón quitado» de la situación real de los balances de las comunidades.
De nuevo en precampaña, el tira y afloja entre Gobierno y PP, en este caso por la cuenta de resultados del modelo autonómico, acaba de empezar y la cuerda se irá tensando a medida que los populares tomen el poder que las urnas les dieron el 22-M. En Castilla-La Mancha, el Ejecutivo en funciones de Barreda ha dejado «de facilitar información de buena fe» al PP por las acusaciones «calumniosas» de sus dirigentes, mientras que el PP sostiene que nunca le han dado información y se ratifica en su preocupante denuncia sobre el agujero que supuestamente deja el PSOE en las arcas de la Junta. El equipo de Cospedal alega que su denuncia se basa en informaciones que le llegan del Banco de España, de empresarios, de proveedores... Pero ahí no acaba el lío, ya que según fuentes de la dirección del PP, Castilla-La Mancha no es el único sitio donde están teniendo problemas con el traspaso de poderes. En todas las «plazas» en las que el Gobierno socialista ha estado gobernando durante muchos años, o que incluso no conocen la alternancia, se estarían repitiendo los mismos choques por la falta de facilidades y por la falta de información.
Por poner algún ejemplo: Elche, Diputación de Córdoba, Algeciras, Valverde del Camino (Huelva)... En este último municipio, en la noche electoral tuvo incluso que personarse la Guardia Civil en el Ayuntamiento bajo la denuncia de que se estaban quemando papeles. La salida que propone Rajoy consiste en convocar el Consejo de Política Fiscal y Financiera para hablar de la realidad de todas las cuentas públicas. Pero al Gobierno lo último que hoy le interesa es ir a un foro en el que está en minoría y en el que lleva todas las de perder, como también ha perdido el bastón de mando, aunque lo conserve nominalmente, en la FEMP. «La salida a la crisis exige responsabilidad del Gobierno, de las comunidades y de los ayuntamientos; exige cooperación; y exige un nuevo Gobierno de España», proclamó ayer Rajoy.
Manda el programa, no habrá Congreso
Rajoy confirmó ayer que el PP aplaza su Congreso Nacional hasta después de las generales para no perder el tiempo en «líos internos». En su lugar, como ya informó este periódico el pasado día 29, celebrará una convención programática en otoño que competirá con la que también ha anunciado el PSOE. Por si hubiera adelanto, Rajoy formalizó la reactivación de los resortes electorales de su partido: programa, foros sectoriales... «Las prioridades son gobernar bien, completar el programa y las reformas». Nadie de la Junta Directiva intervino para puntualizar nada. Sólo hablaron Rajoy, Cospedal y Ana Mato.
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