Museo Reina Sofía

Nacho Criado invade El Retiro

Dónde: Palacio de Cristal y de Velázquez (El Retiro). Madrid. Cuándo: hasta el 1 de octubre. Cuánto: entrada libre. 

Nacho Criado invade El Retiro
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Madrid-«La memoria es una estrategia del tiempo», fue una de sus máximas. El tiempo fue la materia prima fundamental de sus obras y el paso de éste ha certificado que le hace crecer más como artista. Fue un pionero, pues con la escasa información de la escena artística internacional que podía tener alguien que vivía en el Madrid de los 70 trazó un relato artístico repleto de universalidad. «Supo ver las cosas que le rodeaban, encontró la fuente común de todas las tendencias de la modernidad, que es algo que no se acaba de terminar nunca», dice su amigo y comisario de la exposición Remo Guidieri. 80 piezas, a modo de retrospectiva integral ocuparán desde ahora y hasta bien pasado el verano los dos palacios del Parque del Retiro, en los que expone el Museo Nacional Reina Sofía. Uno de ellos es un viejo conocido del artista, pues creó para este espacio, el de Cristal, «Piezas de agua y cristal», un homenaje a la arquitectura realizada en este material por Bruno Taut, Wasili Luckhardt o Hans Schaorun, llamada «La herida alpina». Las 28 cañas de pescar que coronan la estructura «Ellos no pueden venir esta noche...», o la trastada irónica «Bésale el culo al mono», son un buen ejemplo de que «él entendió que no había que colocar objetos, allí, sino dialogar con el espacio», asegura el comisario de aquella exposición, Simón Marchán Fiz. 21 años después se congratula de que su hijo, Gonzalo Criado, haya puesto tanto tesón en recuperar materiales y exhibir las obra tal y como le hubiera gustado a su padre. «Me falta él, pero durante el proceso de preparación le he ganado como artista», aporta Gonzalo.

«Tributos, no plagios»
Precisamente el propio Marchán recordaba su «inagotable energía», la misma que «hubiera impedido que una exposición así se celebrara si estuviera vivo». En su basta producción de instalaciones, esculturas, fotografías, vídeos y arquitectura «hay tributos, que no plagios», según subraya el especialista, como el celebrado «Homenaje a Rothko» (1970-1994), que inició cuando prácticamente ningún compatriota había oído hablar de él» o «Prèt-à-porter», inspirada en la figura de Duchamp.

Como anécdota debe fijarse el visitante en la obra que yace bajo la bóveda central del Palacio de Velázquez, «No es la voz que clama en el desierto», no sólo por la tensión entre discurso y silencio, entre destrucción y construcción, sino porque la original desapareció del mismo almacén en el que nunca hallaron la obra de Serra cuya ausencia tanta polémica causó.
La voz del artista se cuela en el catálogo para desmentir que haya minimalismo en su ideario creativo: «No son piezas minimalistas, son piezas procesuales», en las intervenciones «mínimas», como él prefería denominarlas, con influencias más constructivistas que de otra corriente.

Aquellos que no conocieran al artista, no sólo tienen la oportunidad de conocer su legado artístico, sino de reconocerle en las abundantes obras en las que se fotografió o se grabó. Donde resulta más que palpable otra de sus máximas filosóficas: «Entre la partida y la llegada, la única posibilidad es el naufragio», como recordaba ayer Fernando Castro Flórez, otro de los máximos especialistas de su obra. En definitiva, se trata de «un homenaje para el reconocimiento de la dimensión internacional de un testigo privilegiado del arte durante 40 años», como sintetiza Guidieri.