Conciertos

Una preciosa «Rodelinda» por Gonzalo ALONSO

«Rodelinda» de Haendel. Karina Gauvin, Sonia Prina, Topi Lehtipuu, Matthew Borook, Romina Basso y Delphine Galou. Il Complesso Barroco. Alan Curtis, director. Auditorio Nacional. Madrid, 28 de octubre.

La Razón
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EL CNDM, que dirige Antonio Moral, casi consiguió llenar el Auditorio Nacional un domingo por la tarde con un Haendel de tres horas. ¿Quién dice que no pueden lograrse buenos aforos con conciertos fuera de circuito o abonos? Cierto es que el CNDM ya tiene su programación asentada a pesar de su juventud, pero muchos nos sorprendimos de la excelente acogida obtenida por Alan Curtis y el Complesso Barroco. «Rodelinda» no es una de las grandes óperas de Haendel, aunque contiene páginas muy bellas dentro de un conjunto global coherente y cohesionado. Las ovaciones y aclamaciones del público al finalizar el concierto premiaron fundamentalmente tres cosas. De un lado, a un Alan Curtis que esta vez se mostró mucho más vivo que en otras ocasiones, alejando las notas de una cierta monotonía en que frecuentemente cae. Logró brillar tanto como musicólogo que como maestro director. La segunda es el Complesso Barroco, uno de los conjuntos barrocos de mayor calidad y a los que daba gusto escuchar. Finalmente, el reparto. Lo encabezó la soprano Karina Gauvin, una lírica de timbre atractivo, emisión homogénea de notable proyección, técnica sólida aunque corta en la coloratura. Excelente en las arias más líricas. La mezzo Sonia Pria bordó cada una de sus páginas a pesar de verse obligada a anunciar indisposición. Nadie se hubiera percatado. Combinó agilidades con emotividad, impregnando de bravura su interpretación de Bertarido. La contralto Romina Basso quedó más apagada en timbre y volumen, pero siempre a un buen nivel, compartido por el tenor Topi Lehtipuu. Por debajo, el barítono Matthew Brook por su tosquedad. Preciosa jornada a precios más que competitivos.