El i+d+i andaluz

Si el Plan de Empleo Rural, el famoso PER, podría corresponder para Andalucía, en un alarde de ironía, a aquellos Planes de Desarrollo de López Rodó, el asombroso caso de los ERE encajaría perfectamente con el proyecto de modernización i+d+i. Los resultados son evidentes. Los PER, durante décadas, no han servido para crear un puesto de trabajo. La región continúa a la cabeza del paro. Al contrario, mi amigo Rogelio afirma que ha logrado viciar una tierra y sin aclarar su futuro, a no ser que alguien decida programar un cambio radical. Eso sí, unos cuantos golfos han utilizado la oportunidad para inventar un seguro de futuro a costa del erario, mejor dicho, de la estafa, la malversación y el latrocinio. Eso sí, que no se despiste nadie, para unos pocos, para unos afortunados amigos. Pero ¿cómo se pueden birlar 647 millones de euros, por ahora, sin que se les mueva un músculo y pregonando la solidaridad y la ética? Y lo que es mucho más grave. Desvelado el escándalo, que no haya pasado nada, no haya habido consecuencias, no haya nadie destituido y, si apuramos, en prisión preventiva. Que se hayan llevado casi 700 millones de euros, por ahora, y aún se estén presentando como una piña, al mejor estilo legionario «…con la razón y sin ella». Ni fiscal, ni coches policiales, ni registros televisados, ni políticos esposados, ni calabozos. Nada de nada. Casi 120.000 millones de pesetas, por ahora, y sin respuesta. ¿Dónde está aquel eslogan «cien años de honradez» celebrando el centenario del PSOE? Estos felones han hecho realidad aquéllo de «pero ni un minuto más». Vienen al pelo las palabras de Luis Cernuda, refiriéndose a España «… sólo en ti está la fuerza/de hacernos esperar a ciegas el futuro». Así es la vida.