Conciertos
Bayreuth: Corea juega en primera división
El barítono Samuel Youn se convierte la estrella del festival, que hoy se inaugura
Cuando no son las trifulcas familiares del extenso y fragmentado clan Wagner (en el que las mujeres llevan la voz cantante), la guinda la pone un cantante con dudoso pasado. En este caso, el arranque del Festival de música de Bayreuth se ha visto envuelto en la polémica, pues a cinco días de su inauguración, el barítono ruso que iba a cantar el papel principal de «El holandés errante» fue sustituido «in extremis» por lucir un tatuaje en el tórax de clara simbología nazi. El perjudicado, obviamente, es el ruso, que ha salido por la puerta casi de un puntapié. Pero también hay un claro beneficiado: su sustituto, el coreano Samuel Youn, habitual del festival de la verde colina en papeles secundarios y que ha visto como su popularidad se elevaba cada segundo que pasaba. Incrédulo, pero consciente de la que se le venía encima, el barítono, formado en Seúl y Milán y discreto como él solo (lo contrario que el cesado y arrepentido Nikitin), Youn no ha querido verse envuelto en ninguna polémica y ha huído de las cámaras. Sobresaltos, los jutos, debió pensar.
Desde el sábado su carrera ha dado un giro de 180 grados. Eses día ensayó en las previas de «El holandés errante». Algo se barruntaba en el ambiente, pues una cadena de televisión alemana había descubierto tanto el pasado hevay-punk de Nikitin como el tatuaje que éste tenía grabado en el pecho (y que se intentó borrar con otro encima). Youn esperaba en un segundo plano. Apenas se hacía notar, pero era consciente de que la gran oportunidad la tenía en sus manos. Es conocedor del repertorio wagneriano y habitual de los grandes festivales de ópera. No en vano, Corea es una de las grandes canteras de la lírica. Ha ensayado con disciplina y se ha visto de la noche a la mañana en los titulares de los periódicos. Su vinculación con Alemania es mayor desde que entrara a formar parte del elenco estable de la Ópera de Colonia, donde ha entrevistado desde Escamillo («Carmen») hasta el «Anillo».
Mil disculpas
Mientras, Nikitin no ha cesado de disculparse: «No me siento orgulloso de haber llevado una svástica, pero son cosas que haces cuando eres joven e inexperto. En ningún momento fue mi intención molestara nadie, aunque respeto la decisión que ha tomado la dirección», ha dicho una y otra vez. Y es que desde la dirección del festival wagneriano no han querido que la sangre llegara al río en un tema tan sensible como el de la simbología nazi. «El holandés errante» es el único estreno de la temporada, que se cerrará el 28 de agosto y que tiene aires de etapa de trámite hasta la edición de gala de 2013, en que coinciden el 200 aniversario del nacimiento del autor.
El asunto ha trascendido y la Ópera Estatal de Baviera también ha dado su opinión. Su director, Nikolaus Bachler, calificó de «hipócrita» a la organización y acusó a las codirectoras del certamen, Katharina Wagner y Eva Wagner-Pasquier, de señalar a otro con el dedo «por tener problemas con su propia historia», en alusión al papel desempeñado por el festival durante el nazismo. Y defendió las excusas y el arrepentimiento mostrado por el barítono, «un arrepentimiento que jamás que percibido en la familia Wagner en los últimos 50 años. Se trata de una historia profundamente desagradable y demuestra que el pasado aún está presente», declaró Bachler.
Un glamour que no lo es tanto
¿QUIÉN NO TIENE UN PASADO?
Seguro que es lo que pensó Evgeni Nikitin (en la imgen, durante suépoca punk) cuando se vio obligado a renunciar a cantar todas las funciones de «El holandés errante». Es un barítono prestigioso que ha cantando en los principales coliseos de ópera del mundo. Su pasado le ha jugado una mala pasada.
INSOBORNABLE THIELEMANN
No le hizo ninguna gracia lo sucedido en Bayreuth y él, que tiene fama de duro y de no andarse por las ramas, fue de los primeros en elogiar la decisión de la dirección de apartar a Nikitin: «Una cruz gamada no se enseña. Ni en Bayreuth ni en Australia», declaró tajante. Estará en el foso en la apertura. Y respirará tranquilo.
PASARELA
Cada año, la apertura de Bayreuth se transforma en una pasarela. Todas las miradas s eclaven en los modelitos de Angela Merkel y de las codirectoras del festival. Este año se espera mucha austeridad. Hoy lo veremos.
SIN PICNIC
Era uno d elosplatos fuertes del certqmen, una cita que se esperaba edición tras edición: el picnic multitudinario en que s econvertía la explanada con las retransmisiones al aire libre. La caída del patrocinador lo ha eliminado.
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