Madrid: Capital del toreo por Victorino MARTÍN

Empieza el mes de mayo y la primavera inunda todos los rincones de nuestra ciudad, Madrid. Capital de nuestro país, verdadera amalgama de culturas, tradiciones y costumbres que se articulan por una historia en común y por rasgos unificadores como la lengua castellana, la religión, la corona y también los toros. Precisamente es el toro el que todos los años y en este mes de las flores, el que hace a nuestra capital centro del mundo. Aficionados de todo el planeta seguirán al segundo lo que acontezca en la arena de Las Ventas. Por televisión, por internet, por los periódicos y los más privilegiados desde el asiento de piedra de la plaza capitalina. Más de un mes de toros. Treinta y cinco festejos repartidos en tres ferias, la de la Comunidad, San Isidro y la del Aniversario. Si los autores griegos ya dijeron que toda obra de teatro está formada de un preludio, un cuerpo central y un desenlace, las tres ferias de primavera de Madrid podrían ser la gran representación de lo que es el toreo en este momento. Es verdad que habrá ausencias notables por diferentes motivos, pero el balance final de estas treinta y cinco tardes, aclarará el panorama taurino. Todos los protagonistas darán lo mejor de sí, algunos exponiendo hasta la vida, por conseguir un pedazo de gloria. El toro en Madrid es siempre la base del espectáculo. Sin toro de nada valen todas las florituras que se hagan en el ruedo. Las Ventas siempre ha exigido la importancia del animal para valorar las faenas. Se habla del toro de Madrid para definir a las reses que son cabecera de camada y que se distinguen por su seriedad y su remate. Pero cuidado, no hay que confundir trapío con kilos. Pueden existir animales con mucho peso y que sin embargo no tengan seriedad y a la inversa. Hay que recordar que el mínimo exigido para los toros en esta plaza son 460 kilos y la mayoría de los grandes toros que se han inmortalizado en este ruedo rondaban los 500. El animal bravo se debe caracterizar por su presencia, su movilidad y su fortaleza. Es un atleta que durante 20 minutos que dura su lidia debe vender cara su vida, haciendo del hombre capaz de doblegarlo un auténtico héroe. Porque hay que ser un ser humano muy especial, sus valores tienen que estar muy por encima de los valores medios para triunfar enfrentándose a un animal tan poderoso. El rito está preparado, todos lucirán sus mejores galas y en poco más de un mes el desenlace de esta gran obra dictará sentencias.Que Dios reparta suerte.

Victorino MARTÍNGanadero