Transparencia y reformas por José Antonio Vera

Buen debate ayer en el Congreso a propósito de la comparecencia de la vicepresidenta Santamaría. El tono en general fue constructivo, exento de la agresividad de antaño, lo que es de agradecer. Se habló de reformas importantes. Supimos, en primer lugar, que la Ley de Transparencia será una realidad este verano y que, tal y como se había adelantado, penalizará el despilfarro de los gestores públicos con sanciones acordes al nivel de desajustes registrado. Al mismo tiempo, se marca como objetivo la eliminación gradual de las empresas públicas ineficaces o que registren pérdidas ruinosas. El paquete de reformas incluirá la simplificación de los denominados «organismos reguladores», entre ellos el Consejo Estatal de Medios Audiovisuales o similares, y se auditará convenientemente RTVE y demás entes autónomos.
Particular relieve adquirieron los anuncios de la vicepresidenta en materia de Justicia. La intención de cambiar la ley para que los jueces vuelvan a elegir a los miembros del Consejo General de Poder Judicial es procedente de acuerdo con la promesa del PP de promover una auténtica división de poderes, lo que exige una Justicia de verdad independiente. Con algún pero, en cualquier caso. La reforma del sistema, por la mera imposición de la mayoría popular en Las Cortes, tiene el inconveniente de que estaremos otra vez ante un cambio que no garantiza duración en el tiempo, en la medida en que si el PSOE no está de acuerdo volverá a modificar el método cuando gobierne, lo que nos llevará a una situación de inestabilidad similar a la que se produce desde hace años en materia de Educación. Es verdad que de esa manera se garantiza mayor independencia judicial, pero igual conviene hacer un esfuerzo negociador para que el sistema elegido sea definitivo y no se vea sometido a vaivenes cada dos legislaturas.