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Noches con Venus

La Razón
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Los anuncios en Prensa de izas, rabizas, y colipoterras en la mayoría de los periódicos son un negocio que les genera 40 millones de euros, y tanto como si los sicarios colombianos decidieran publicitarse. No hay nada más pobre que una prostituta. Decidir ponerse en un anuncio por palabras sólo significa entregarse a sus respectivos chulos. Hubo un periódico en el que trabajé en que decidieron no suprimir los anuncios sexuales por palabra y sólo nos limitamos a rebajar su mensaje sicalíptico. Moralmente nos quedamos tranquilos. Prefiero la opinión de LA RAZÓN contraria a esta publicidad, que seguramente les generará un déficit. La prostitución es inextinguible pero se debe organizar, localizarlas en las llamadas casas de tolerancia, atenderlas sanitariamente y hasta que paguen sus impuestos. Por supuesto que lo principal es que se deshagan de sus chulos, bandas internacionales que las traen y después las obligan a prostituirse. Si una mujer desea prostituirse, que la dejen en paz. Los anuncios son peores que los ofrecimientos que se hacen de venta de ganado y ofenden a las mujeres. Una noche contraté a una de ellas, pero al llegar a la habitación me dormí. Cuando desperté no me robó y al marcharse dejó una rosa sobre mi pecho. Desde entonces tengo hacia ellas una gran ternura. Los anuncios en la prensa son inaceptables porque muchos están pagados por sus rufianes. A LA RAZÓN le sobran razones para reprobar esta práctica. Publicidad a cambio de erotomanía. Una noche con Venus y toda tu vida con Mercurio. El signo de la sífilis…