Barcelona
Cuaresma especial por Card R Mª CARLES
Jesús necesita testigos de la Iglesia, personas que en el Huerto de los Olivos y en el Calvario han visto y oído lo que lo que «ningún ojo humano ha visto, ningún oído humano ha escuchado, lo que no ha llegado al corazón de ningún hombre», es decir, lo que sucede en el corazón de Dios y lo que él ha concedido ver, oír y experimentar a sus elegidos.
Sólo creyentes así, que han respondido a Dios, influyen en los hombres como testigos de Cristo. Intentan dejar que el Espíritu Santo les haga comprender y vivir en consecuencia de que «Cristo murió por todos, para que los que viven ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos» ( 2 Cor 5,15).
Siempre los ha habido y también ahora. Hay creyentes que escucharon los domingos la misa en el Valle de los Caídos. bajo la nieve. Otros, universitarios de Barcelona y de Madrid, han sufrido ofensas en la celebración del culto divino en capillas universitarias, y se han visto obligados a suspenderlo.
Otros padres han de sufrir que los crucifijos se retiren de las clases de sus hijos, otros hijos no reciben formación religiosa con la excusa de que no puede ser obligatoria, cuando de hecho no lo es. Y no entremos en los ataques que recibe la auténtica familia, o las muertes de niños en el seno de sus madres, etc. Todo un frente de ataque a la religiosidad de los ciudadanos.
El cristianismo no necesita probar que es verdadero en sí mismo, pero quiere ser verdadero en nosotros mismos, en nuestra vida, en nuestra fe, esperanza y caridad, nuestro sufrimiento y victoria, debemos ser los testigos del Señor, quizás más en tiempo de Cuaresma.
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