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La nueva vida de Carla Bruni

Carla Bruni, ayer, en la entrega de regalos navideños del Elíseo
Carla Bruni, ayer, en la entrega de regalos navideños del Elíseolarazon

Entre potitos y pañales transcurre la nueva vida de Carla Bruni. Como la de cualquier mujer que estrena maternidad, o casi. Aunque, dicho sea de paso, cuesta imaginar a la primera dama de Francia correr de la cocina a la habitación con la papilla en una mano y el «dodotis» en la otra, presta a consolar el llanto de la pequeña Giulia, que justo cumple ahora su segundo mes de vida.

La recién nacida ha tenido a la cantante y ex modelo recluida casi permanentemente en su palacete parisino desde que salió de la clínica La Muette. Está claro, es el centro de todas las atenciones pero también de los muchos quehaceres del matrimonio elíseo poco proclives a dejarse ver en compañía de su retoño.

Y es que cabe imaginar que Carla Bruni ha querido dejar pasar un tiempo prudencial para recobrar la forma antes de posar ante los inquisitoriales objetivos de los fotógrafos. Después de dos meses, aparecía esta semana en el palacio del Elíseo para inaugurar el tradicional árbol de «Noël» y dar la bienvenida a la Navidad. El primer acto oficial tras su maternidad y en compañía de su esposo, Nicolas Sarkozy. Un regreso a la primera plana de la actualidad y sin la pompa de otras ocasiones. Vestida con un amplio jersey de punto tipo poncho en color camel y un maquillaje natural, apenas perceptible, por todo aderezo, ejerció de perfecta anfitriona al recibir nada menos que a novecientos niños en el palacio presidencial. Como manda la tradición. Todos los años por estas fechas distintas asociaciones infantiles son invitadas al Elíseo y los pequeños, colmados de regalos.

El orgullo de «Sarko»
Dicen que Giulia es el «quitasueños» de Carla, que también se ocupa de Aurélien, su primer hijo, pero sobre todo el orgullo del presidente francés, y a la sazón padre de la criatura. Todavía no ha llegado a presumir de niña desenvainando la foto guardada en su cartera o a mostrar la última instantánea del bebé capturada por su Smartphone –la tecnología manda– pero «Sarko» no ha podido evitar loar las virtudes maternales de su famosa y «chic» esposa. Hace poco revelaba en «petit comité» –pero ante las cámaras de televisión– que la pequeña Giulia se estaba criando a la antigua usanza. Y que Carla prefería darle el pecho que tirar de biberón y leche en polvo. Una indiscreción que probablemente no agradara en exceso a la interesada, de quién aireó una de sus angustias: «Su miedo es no tener suficiente leche», confesaba desenvuelto el presidente, que «por solidaridad» reconoce despegar un ojo en medio de la noche cuando toca la hora de amamantar.

Tanta ha sido la alegría que ha llevado Giulia al Elíseo que hasta ha obrado lo que parecía imposible: enterrar el hacha de guerra entre la ex de Sarkozy y la nueva Madame Sarkozy. Entre Cécilia Ciganer-Albéniz y Carla Bruni. La primera habría visitado a la segunda, regalo en mano, hace sólo unos días. Una muestra de cordialidad y una buena manera de limar las asperezas del pasado.

Pero no todo son obligaciones de madre en la vida de Carla. También saca tiempo para su Fundación o para apoyar la lucha contra el sida, como hizo en una entrevista el 1 de diciembre, aunque reconoce que «mimar a su niña» es la prioridad. Tanto que aunque las canciones de su nuevo disco ya están preparadas ha decido retrasar su publicación. Mientras tanto, se puede escuchar su versión de la navideña «Jolis sapins» en el disco «Noël, Noël, Noël», que acaba de editarse, y que tuvo que grabar sentada por estar «embarazadísima». Se trata de una recopilación de villancicos revisitados por una docena de artistas. Sin duda, la mejor de las «nanas» para dormir a la pequeña Giulia.