Un pueblo andaluz de cuatro estrellas

El perfume del salitre embriaga el olfato, mientras que los ojos se abren como platos al contemplar el efecto plateado de la luz sobre la fina arena blanca. Y todo ello envuelto por una suave brisa que acaricia cada poro de la piel. En Isla Canela, un hermoso paraje de la costa onubense, las sensaciones que vive el viajero son de lo más placenteras. Para descansar, una estupenda alternativa es el Barceló Isla Canela, pues se trata de un alojamiento de cuatro estrellas situado en un lugar muy tranquilo, perfecto para viajar en familia. Como si de un auténtico pueblo andaluz se tratara, la arquitectura del hotel es lo primero que llama la atención del huésped, ya que el complejo está totalmente encalado en blanco y amarillo.

Las instalaciones del establecimiento están pensadas para que el viajero disfrute al máximo de las buenas temperaturas de las que goza este rincón de España. Para empezar con fuerza el día, el huésped puede darse un chapuzón en alguna de las tres piscinas exteriores del establecimiento, o bien jugar un partido en la pista de tenis o en la de pádel.Los apasionados del golf lo tienen fácil para disfrutar durante horas de su afición. El campo más próximo se encuentra a dos kilómetros del hotel. Diseñado por Juan Catarimeau, el Isla Canela Golf cuenta con 18 hoyos y es ideal para principiantes, ya que incluye campo de prácticas, servicio de alquiler de material y la posibilidad de tener clases particulares. Deportes acuáticosDebido a su privilegiada ubicación, los más atrevidos no pueden desaprovechar la oportunidad de practicar deportes acuáticos como el windsurf o el kitesurf, con la garantía de la escuela de vela situada frente al hotel.Mientras los adultos exprimen al cien por cien su tiempo libre, los más pequeños de la casa tampoco tienen ni un minuto para el aburrimiento. En el miniclub, bajo la supervisión de un amplio equipo de profesionales, los niños pueden hacer manualidades, pintar o jugar al aire libre.

Las habitaciones del Barceló Isla Canela, amplias y luminosas, están totalmente equipadas con televisión vía satélite, teléfono, aire acondicionado, caja fuerte, minibar y baño completo. Sin pasar por alto la terraza o el balcón, el rincón perfecto para que el huésped pueda relajarse mientras contempla cómo se pone el sol.Llegado el momento de sentarse a la mesa, Andalucía nunca defrauda, más aún si lo suyo son los frutos del mar. El puerto de Huelva ocupa un lugar muy destacado en la denominada «ruta del marisco»; a sus lonjas llegan diariamente gambas, cigalas y langostinos frescos que, junto a otras especies marinas como la dorada, el dentón, el pargo, el sargo, la raya o los lenguados, hacen las delicias de los apasionados de la buena cocina. Para ponerlo en práctica, el restaurante tipo bufé ofrece un amplio abanico de posibilidades culinarias, tanto locales como internacionales y aptas para los gustos de niños y adultos.Fuera de las instalaciones del alojamiento, las opciones de ocio son muy apetecibles. Imprescindible pasear por las playas de Isla Canela y de la barriada Punta del Moral, abiertas en forma de media luna, anchas y largas, rodeadas de marismas. Y, por supuesto, merece la pena descubrir Ayamonte, situada en plena desembocadura del río Guadiana.