Pederasta de Ciudad Lineal

«Se cayó todo encima se desplazó la cama se hundió todo»

Una guardia civil destinada en el cuartel de Legutiano (Álava) cuando el 14 de mayo de 2008 la explosión de una furgoneta-bomba mató al agente Juan Manuel Piñuel, ha afirmado hoy que se "sentía culpable"porque debería haber estado en el puesto con él si no se hubiera marchado un día antes a su domicilio.

Así lo ha afirmado la agente durante la segunda sesión del juicio a Arkaitz Goikoetxea, Aitor Cotano e Íñigo Gutierrez que ha comenzado hoy en la Audiencia Nacional y en el que la fiscal Blanca Rodríguez solicita 534 años y seis meses de prisión para los dos primeros y ocho años de cárcel para el último.

La mujer, de baja y en tratamiento psicológico desde entonces, ha explicado que llegó al cuartel al mismo tiempo que el fallecido, dos meses antes del atentado, pero que una noche antes del mismo se marchó a su domicilio.

Aunque en un principio, ha proseguido visiblemente emocionada, "no tenía ningún tipo de problema"y se encontraba "fuerte"cuando ocurrieron los hechos, "al cabo de tres o cuatro meses"empezó a sufrir problemas médicos que han requerido de hasta cuatro operaciones, así como psicológicos, por los que se le ha concedido la baja y se le ha retirado la licencia de armas.

"La verdad es que yo me sentía un poco culpable. Llegué con Piñuel y Losada -otro agente que resultó herido-, y si esa noche yo hubiera estado allí yo debería haber montado la noche", ha lamentado entre lágrimas a preguntas de la fiscal.

Previamente, la presidenta de la sección cuarta de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, Ángela Murillo, había pedido a las partes que, dado el estado de la testigo, no prolongaran su declaración porque "la realidad de los hechos nadie la pone en duda, está archiprobada".

También ha testificado otro de los compañeros de Piñuel, que ha relatado cómo una explosión "muy fuerte"le despertó.

"Se cayó todo encima, se desplazó la cama, se hundió todo entero", ha recordado el agente, también de baja y con problemas de audición, que ha explicado que lo primero que hizo fue ir a ver a su hijo, que sólo "tenía un pequeño cortecito en la ceja".

Cuando salió de su domicilio, comprobó que "se había hundido toda la casa", tras lo cual fue a atender a otro compañero que "se quejaba"pero que le instó a "atender a Piñuel".

Tras llamarle en reiteradas ocasiones, sin embargo, le encontró agonizando, mientras otro agente atrapado entre los escombros que le escuchó le pedía que le sacaran de allí.

Propuestos por las defensas, han declarado dos médicos designados por las familias de los acusados cuando fueron detenidos, que han señalado que durante sus respectivos reconocimientos durante los cinco días que duró su incomunicación, presentaban lesiones que podían ser consecuencia de "golpes repetidos de baja intensidad", pero también por razones "posturales".

El juicio se reanudará mañana con los últimos testigos de la defensa y quedará previsiblemente visto para sentencia.

Se trata de la primera en la que está personada como acusación popular la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), que también pide para Goikoetxea y Cotano 534 años y medio de prisión, y ocho para Gutiérrez.