Comunidad de Madrid
Aguirre barre y Gómez paga la novatada
No tardaron ni cinco minutos en llamarse «mentirosos». El primer duelo parlamentario entre el «novato» Tomás Gómez y su experimentada adversaria, Esperanza Aguirre, resucitó todos los fantasmas de los en-frentamientos pasados.
Después de que Aguirre pronunciara su discurso de investidura el martes, ayer era el turno de los portavoces parlamentarios y, aunque todos ellos debutaban en un debate de investidura, todas las miradas estaban puestas en el líder socialista. Gómez realizó un discurso con pocas propuestas y directo a la yugular de Aguirre. La llamó «antisistema», «radical» y «próxima al fanatismo», pero olvidó cubrir sus flancos, dejando la réplica en bandeja a la jefa del PP. Aguirre echó mano de la versión más irónica de su oratoria y contestó uno a uno los envites del socialista. Dejó sin argumentos a Gómez con un ataque directo y sin apenas mentar a Rodríguez Zapatero. Una novedad. Cuando él le pidió responsabilidades y medidas contra el paro en la Comunidad de Madrid, la presidenta de la Comunidad –investida ayer por tercera vez consecutiva– no tiró de la «cifra récord alcanzada en mayo en España, sino la del municipio de Parla, donde Gómez gobernó hasta 2008 y que acumula una tasa de paro 26 por ciento, frente al 15 por ciento de la madrileña.
Lo mismo sucedió cuando Gómez le sacó en el atril el tema «Gürtel». Aguirre no sólo le contestó con agilidad, sino que, de paso, hizo revolverse a su número dos Trinidad Rollán, presente en la tribuna de invitados. Y es que le recordó que su secretaria de Organización en el partido está condenada por prevaricación por el TSJM a ocho años de inhabilitación para cualquier cargo público. Que el secretario general del PSM sea tras las elecciones también el portavoz parlamentario –y no su segunda en la Asamblea, Maru Menéndez, como en la pasada legislatura– elevó la tensión en el Hemiciclo y la motivación de su contrincante. A diferencia de sus compañeros de la oposición, Gómez no logró crecerse en las réplicas y contrarréplicas. Y es que Aguirre no le dio un respiro. En cada intervención le recordó su condición de novato: «Usted, como no me conoce tanto como sus compañeros de bancada, no sabe que yo no rehúyo de ningún debate...», o cuando le recordó que «esto es un Parlamento en el que las taquígrafas recogen todas las intervenciones».
La configuración de la Mesa de la Asamblea –para la que PP, UPyD e IU pactaron quitarle un miembro al PSOE para que todos tuvieran un representante– y la reforma de la Ley Electoral que propuso el martes Aguirre fueron el centro de buena parte del rifirrafe con Gómez, con el que no llegó ni a un mero entendimiento. Él, por su parte, propuso que la Comunidad publique en su página web todos los contratos del Gobierno regional y la celebración de dos plenos a la semana en el parlamento de Vallecas. Sin embargo, sus propuestas, al margen de la polémica del 15-M, apenas tuvieron repercusión en el Hemiciclo. Precisamente fue en la última intervención de la mañana en la que se produjo una de las propuestas que más dio que hablar tras la investidura de Aguirre. La presidenta regional hizo un guiño a su recién nombrado portavoz del PP, Íñigo Henríquez de Luna, al dejar que la propuesta de la sesión del partido la anunciara él en su día de estreno.
El ex concejal del Distrito de Salamanca declaró que presentará una propuesta a la Cámara para bajar un 20 por ciento la asignación de los fondos que reciben los grupos políticos. Esta cantidad equivale a una cantidad similar a lo que supondría bajar un 10 por ciento el sueldo de los diputados, que es lo que propuso UPyD nada más aterrizar en la Asamblea. Además anunció que renunciará, como ya lo hizo el de magenta, a su coche oficial, poniendo en un brete a los portavoces del PSM e IU, que se retrataron negándose a la iniciativa para reducir gastos. El único que aceptó estudiar la propuesta fue el portavoz magenta. Y es que desde que comenzó la sesión, Luis de Velasco, que también debutaba en Vallecas, fue la nota discordante en la oposición, que llegó a crisparla por sus coincidencias con Aguirre. El portavoz de UPyD sólo confrontó con la presidenta a cuenta de la Educación y sobre el pluralismo en Telemadrid.
Protagonizó un debate amable y dulcificado por la cantidad de consensos con el PP, centrado principalmente en las propuestas a nivel nacional de su partido y en el que demostró su experiencia parlamentaria como diputado del PSOE en los 80. Sin embargo, fue con Gregorio Gordo con quien más se notó la diferencias de «tablas». El portavoz de IU, que a mitad de la legislatura pasada se hizo con el timón de la coalición de izquierdas, volvió a enfrentarse a Aguirre desde la posición ideológica más alejada, pero desde la cercanía por la buena relación que mantienen ambos. Gordo, que también se alineó con el 15-M, brilló más en las réplicas que en su discurso inicial que, por leerlo, resultó rápido y monótono.
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