Nueva York

Casi ocho millones en «vender» el catalán fuera

La Razón
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Madrid- Más de tres millones de euros en subvenciones a universidades extranjeras para que enseñen catalán; 1,6 millones para conseguir que Cataluña tenga un pabellón en la Bienal de Arquitectura de Venecia; 850.000 euros para sufragar los desplazamientos de los artistas catalanes; más de 61.000 euros al año para alquilar oficinas en Nueva York, Berlín, o París... y la lista sigue hasta llegar a la friolera de 7,9 millones. Los mismos que Artur Mas ha invertido en la proyección del catalán en el extranjero en apenas dos años que ha durado su legislatura.

Y lo hizo a través del Instituto Ramon Llull, financiado por el Gobierno catalán y creado con la única finalidad de promocionar la lengua y la cultura catalana, así como su aprendizaje fuera de lo que ellos denominan «zona de dominio lingüístico» o, lo que es lo mismo, fuera de Cataluña. A eso se resume la cruzada colonizadora de Mas y en eso ha invertido el dinero del erario público.

Exportar la «marca Cataluña» a Europa y, por qué no decirlo, al resto del mundo le ha costado 7.926.871 euros al líder de CiU. Inversiones que han dejado a más de uno perplejo, como la aprobada para la Bienal de arquitectura de Venecia de 2013, que supone un gasto de 520.000 euros. Sobra decir que España también participa en este evento con pabellón propio. Tampoco pasa desapercibida la concesión de 490.000 euros que el Instituto Ramon Llull aprobó en 2011 para facilitar la difusión de los artistas catalanes en el exterior. Por si esta ayuda no fuera suficiente, meses antes les concedió 850.000 euros para sus desplazamientos.

Pero, sin duda, todos sus esfuerzos se han focalizado en las universidades de medio mundo, a las que no ha tenido reparos en convencer a golpe de talonario, es decir, de subvenciones. En 2011, repartió 1.670.669 euros entre 105 universidades para que incluyesen en su catálogo «clases de catalán». Sólo tres eran españolas. Un año después, por aquello de la crisis, redujo esta cifra hasta llegar a 1.496.486 euros (apenas 174.183 menos). En esta ocasión, el dinero se repartió entre 87 universidades, incluidas cuatro españolas. Y de las clases pasamos a la traducción de obras en catalán a otras lenguas, a la difusión de la literatura catalana en el exterior, a la organización de seminarios, a las becas por asistir a cursos de catalán e incluso a los premios Ramon Llull, por los que el Instituto paga 60.000 euros.

Finalmente, llama la atención que este organismo, dependiente de la Generalitat, llegue a pagar 61.430 euros al año por alquilar unas oficinas emplazadas en el mismo lugar en el que el Gobierno catalán tiene sus embajadas de Berlín, Nueva York o París.