Caso Método 3
Rajoy llama a sus «barones» para que no polemicen con Cataluña
El PSOE carga contra Cospedal por decir que reeditar el Tinell es «fascista»
Mariano Rajoy en persona y también la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, han puesto en marcha una ronda de contactos con todos sus presidentes autonómicos y líderes regionales para evitar que nadie rompa el guión de la estudiada respuesta a la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto de Cataluña.
Rajoy no quiere que se polemice con el Estatuto validado por el TC ni que tampoco se reabran debates territoriales, y mucho menos que se alimenten guerras dialécticas que puedan perjudicar a su partido de cara a las próximas elecciones autonómicas catalanas. La instrucción se puede resumir en el refrán de «nadar y salvar la ropa»: que se sea coherente con el discurso del partido, pero sin poner obstáculos innecesarios a un entendimiento con CiU. Eso sí, la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez Camacho, tiene margen para administrar sus cartas como mejor le convenga para afrontar la precampaña.
En cualquier caso, por mucho que el PP quiere echar agua al fuego, en el lado contrario no se está por la labor ni se lo van a poner fácil. Baste como prueba la furibunda reacción del PSC y de la secretaria de Organización del PSOE, Leire Pajín, a unas duras declaraciones de la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, sobre el cordón sanitario a su partido, el conocido como Pacto del Tinell, y el apoyo que en la víspera le había brindado el presidente de la Generalitat, José Montilla.
Cospedal aludió en Onda Cero a esa estrategia de reedición del Pacto del Tinell con gruesas palabras: «es antidemocrática y fascista». «Creo que los comportamientos antidemocráticos y en los que se excluyan a determinados partidos políticos porque no piensan igual son comportamientos muy antidemocráticos y muy fascista. No todo vale aunque estés en caída libre en términos de perspectivas electorales», dijo, literalmente, en alusión a Montilla. Ante las primeras informaciones que pregonaban que había calificado de «fascista» al presidente de la Generalitat, la «dos» del PP se apresuró a hacer público un comunicado precisando que esa interpretación era errónea porque sus palabras se referían a la actitud de aislar a su partido, no a la persona. «Considero que si el señor Montilla pudiera haberse visto ofendido por una interpretación errónea de mis declaraciones, no tengo ningún inconveniente en pedirle excusas, dejando bien clara cuál era la verdadera intención de mis palabras». Pero esa petición preventiva de disculpas cayó en saco roto. El PSC le recordó que pertenece al «partido de Franco». Pajín, en una entrevista en Cuatro, la conminó a llamar «fascista» a Esperanza Aguirre. Y Montilla la acusó de agitar el «anticatalanismo».
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