Castilla-La Mancha

Sáenz de Santamaría

Sáenz de Santamaría
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Ramón Jáuregui (presidencia del Gobierno en funciones) lo primero que preguntó a Soraya fue si su marido era quien se acogía a la baja maternal y no pudo evitar el comentario: «Las cosas no están bien». Que el candidato a presidente (nada de «electo») haya enviado a Soraya al palacio de La Moncloa a contar los muebles confirma el ascendiente que la reciente mamá tiene sobre Rajoy y sus posibilidades de optar como vicepresidenta, presidencia o como una gran coordinadora. El de las mujeres de Rajoy es otro feminismo: son féminas de númerus clausus que obliga al mérito frente a la cuota zapateril cuantitativa. Aun así Rajoy dispone de tantas primeras damas que en un Gobierno corto pueda cumplir la ley de paridad antes de derogarla por mostrenca. Estos traspasos de poderes se hacen por ordenador y el morbo reside en adivinar qué ocultan las/ los que se marchan en capítulos. Suelen ser todos por razones económicos. Lo que fueron las cuentas de Castilla-La Mancha, peores que las del Gran Capitán. Jáuregui y Santamaría han escenificado una estupenda ceremonia de la cortesía emulando a la Rendición de Breda. No hay lanzas. Ni creo que monstruosas facturas impagadas. ¿Será cierto que estos últimos 44 meses del último Gobierno socialista puedan aguantar una auditoría del Estado?