Cataluña

La excusa

La Razón
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Apropósito de la prohibición de la tauromaquia en Cataluña aprobada ayer por el Parlamento catalán he recordado una situación que viví junto a mi familia y amigos años atrás en una zona montañosa del prepirineo, donde fuimos a pasar un fin de semana, en una zona conocida como Les Guilleries, a medio camino entre Vic y Sant Hilari Sacalm, muy cerquita del Turó de la Guàrdia y Les Perxades de Serrallonga. Estábamos de excursión con los niños en pleno bosque de encinares, robledades y castaños cuando nos cruzamos con una partida de seis cazadores y una docena de sabuesos. Estaban almorzando y reían entre ellos. Junto al grupo había un todoterreno con la puerta trasera abierta y en cuyo interior pudimos ver a tres enormes jabalíes, uno de ellos la madre y los otros dos sus jabatos, ya creciditos. Los cazadores fueron amables con nosotros, especialmente con los niños y nos invitaron a tomar una copa de vino mientras bromeaban con los pequeños que, como siempre curiosos, preguntaron sin parar. Les explicaron que estaban practicando la caza del jabalí y que tras abatir a toda una camada sólo les faltaba dar captura y muerte al jabalí «padre», ya que el resto estaban cargados en el todoterreno con varios impactos de bala. Las armas siempre atraen a los niños y les preguntaron que tipo de instrumentos eran. Uno de ellos, que portaba una «estelada» en la manga izquierda de su «Polar Genesis» de camuflaje e iba armado con una potente «X-Bolt Hunter Elite», de la marca «Browning», una herramienta que portaba varios cargadores giratorios y que dota de una precisión milimétrica especialmente y dispone de mirilla telescópica, capaz de partir una piedra en varios trozos a corta distancia les atrajo su atención. El cazador se jactaba de su letal herramienta y les explicó que el día anterior había conseguido alcanzar al jabalí que buscaban pero que no había logrado matarle. El comentario desató una carcajada general de la partida de cazadores, tal vez por la cara de impresión que mostraban los pequeños. «Le daremos muerte antes del mediodía, pues llevamos desde el viernes tras él, y estando herido y habiendo perdido mucha sangre, sino muere reventado de cansancio lograremos capturarle en pocas horas», explicó el independentista. Era domingo, y como es lógico en estos casos, antes del almuerzo debían concluir su criminal cacería. «Lo tendremos en el todoterreno en cuanto acabemos estos bolets (setas)», aseveró. Los cazadores continuaron explicando a los niños las características de algunas de sus mortales herramientas. Uno les enseñó un rifle de repetición con cerrojo, también un «X-Bolt Battue» con sistema de deriva, martillo plegable, cañón de 56 centímetros y munición «243 Win», y cuya precisión a distancia corta es infalible. El ex ministro de Justicia tuvo uno de ellos para la caza del ciervo en Toledo. Otro mostraba un rifle express de "Winchester CC 525", con cañón superpuesto y cuña que lleva la segunda bala al mismo lugar que el disparo primero. Es un arma letal, ya que el calibre de la munición es de grado superior al utilizado por el Cermet del Ejército español. Había también, apoyados en uno de los árboles, varios rifles de caza mayor como el semi automático «Custom Shop Bar grado D1», con cargadores desmontables y calibre «243 Win», apto para la caza del jabalí. Además de las balas para estas armas llevaban otras escopetas con cartuchos Lejía del calibre 12 y cargas de entre 32 y 36 gramos por cartucho, postas, cuchillos y dagas «Big Game» con hojas de hasta 23 centímetros de longitud. Igualmente disponían de un auténtico arsenal con equipos de fundas para munición «Flex Foam» para diez cartuchos y correas con tres balas para la rapidez del disparo y muchos otros artilugios de la caza mayor. Al regresar de la excursión para Barcelona pudimos ver a los cazadores en un bar de Sant Julià de Vilatorta donde celebraban con orgullo haber dado muerte a los cuatro jabalíes. Eran los mejores cazadores de la zona, antitaurinos y proanimalistas. Los que años después firmaron a favor de la abolición de los toros, porque la Fiesta Nacional es el maltrato animal en estado puro. Pero no nos equivoquemos, aquellos jabalíes, perseguidos de viernes a domingo por una jauría humana y de perros hasta reventarles de cansancio y de disparos, esos, no deben ser animales. Esos que ahora sacan pecho por la defensa animal y que disfrutan con la butifarra, el foie de pato y lo que haga falta, dedican fines de semana enteros a causar agradables sensaciones a los animales del bosque. Viva la hipocresía, viva la excusa porque lo real es la política. Primero una ley, luego se prohíbe a los jóvenes, más tarde se recogen firmas y se destrozan los toros de Osborne y, finalmente, se prohíben los toros por ley. El PSC-PSOE y CiU se han rendido ante ERC y han dejado con el culo al aire a García Lorca, Dalí, Maragall, Berjamín, Savater, Hemingway, Ortega y Gasset, Picasso, Cela, Tierno Galván, Gabriel Celaya, Víctor Hugo, Alberti, Belmonte o Miguel Hernández, entre muchos otros. Gran éxito. La cultura ha muerto en Cataluña.