Europa

Bruselas

Rajoy une a sus «barones» frente al déficit y a Mas

Aspira a que la Conferencia de Presidentes sirva para «limpiar» la imagen de las comunidades con un mensaje de compromiso con el equilibrio de las cuentas públicas

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, durante su intervención en el acto de precampaña electoral del PP vasco celebrado el sábado en Vitoria.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, durante su intervención en el acto de precampaña electoral del PP vasco celebrado el sábado en Vitoria.larazon

MADRID- Hace casi tres años que el Senado no acoge una Conferencia de Presidentes autonómicos. La última reunión fue en diciembre de 2009. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha convocado a las comunidades a un cónclave que quiere que sirva para «limpiar» la imagen de éstas ante Europa con un mensaje de compromiso con el equilibrio de las cuentas públicas y con el déficit. Ésa es la pretensión, la aspiración, mejor dicho. El Ejecutivo sabe que es muy posible que Andalucía, Cataluña y País Vasco, principalmente, remen en contra de esa unidad en el mensaje. Con esa premisa ha preparado el encuentro, y la «exquisitez» en las formas y en el discurso por parte de todos los representantes autonómicos en los trabajos preparatorios de la cumbre no ha eliminado las suspicacias.

Por eso, en paralelo, se ha hecho un trabajo más de partido, con conversaciones y reuniones discretas, dirigido a fortalecer la unidad entre los presidentes autonómicos del PP, mayoría en estos momentos. Si los que hasta ahora se han convertido en voces discrepantes optan por ejercer de nuevo el papel disidente, tendrán enfrente a todos los «barones» populares, explican fuentes de la dirección del PP. Unidad frente al déficit y en defensa de la estabilidad, y también frente a la deriva soberanista del presidente de la Generalitat, Artur Mas. Hasta el punto de que las comunidades del PP, disconformes también con el modelo de financiación autonómica –de hecho, el PP no lo apoyó–, pondrán sordina a ese malestar a costa de mantener la unidad y no alterar la agenda del presidente del Gobierno: la prioridad es la crisis y la recuperación económica, y de financiación se hablará, pero cuando se ponga en marcha la economía.

Esto no impedirá que el debate entre en la agenda y que en él medien también los representantes del PP. Por ejemplo, el presidente de Baleares, José Ramón Bauzá, llega a Madrid con una cuenta pendiente: la reclamación al Gobierno de que pague la deuda de 1.000 millones de euros con el archipiélago. Bauzá está entre los más partidarios de la urgencia de un cambio en el modelo de financiación. Pero aun así, tanto él como los demás presidentes autonómicos de su partido pasarán de puntillas por este asunto, porque a través de los canales adecuados ya se les ha trasladado que lo que mañana tiene que escucharse en el Senado es un discurso en clave nacional, pensando en España y no en los intereses particulares de cada cual.

Para reforzar ese «objetivo de Estado» de aprovechar la conferencia para lanzar un mensaje de estabilidad institucional y de compromiso con los objetivos de déficit marcados por Bruselas, el Gobierno ha decidido seguir el modelo de la anterior cumbre e implicar también a Su Majestad el Rey. Será en un desayuno de trabajo con el que se inaugurará la reunión.
En cualquier caso, será difícil frenar el debate territorial. Encima de la mesa lo pondrá Mas, que, como ya hizo en su última visita a La Moncloa, ha rechazado la posibilidad de comparecer en la Cámara Alta, como sí harán sus homólogos autonómicos. También «disparará» en esa dirección el presidente andaluz, José Antonio Griñán, que vendrá a Madrid con el guión del Estado federal. Cataluña y Andalucía ya dieron el plante en la última reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera. Pero tanto uno como otra sí habían ratificado antes los objetivos de déficit y eso es lo que el Ejecutivo les recordará si optan por escenificar la rebelión.

La agenda oficial está dividida en Europa y en la situación económica en España y el objetivo es pactar un documento en el que se reafirme la unidad contra la crisis y se subraye que las autonomías no son un problema para España, sino parte de la solución.