Literatura

Berlín

Suramérica nos cambiará

«El cóndor y las vacas»C. IsherwoodSexto piso320 páginas, 23 euros

La Razón
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Desde los Andes hasta la Pampa. O, lo que es lo mismo: desde el cóndor hasta las vacas. Ése fue el intinerario que en septiembre de 1947 emprendieron el escritor Christopher Isherwood y su pareja, el fotógrafo William Caskey, por Suramérica. Un viaje tras el cual, seis meses más tarde, ninguno de los dos ya fue el mismo. Al poco tiempo, de hecho, se separaron, pero Isherwood siguió pensando que allí se estaba «cocinando algo, tal vez un tipo de sensibilidad completamente distinta, un nuevo enfoque de la vida expresado en otros términos y en otra lengua».

No es extraño que Isherwood, que había estado una temporada en Berlín y había escapado del nazismo en 1938 con un libro bajo el brazo como «Adiós a Berlín», pensara algo semejante. Hacía dos años que la Segunda Guerra Mundial había terminado y Suramérica, pese a todo, se le ofrecía como una oportunidad para encontrarse con una diversidad que Europa, en ese momento, le negaba: allí había indígenas, por ejemplo, que creían en lo increíble, aunque también existía el temor de que se reprodujeran algunos de los totalitarismos que tantos estragos habían causado en el viejo continente.

Sobre todo eso escribe Isherwood en «El cóndor y las vacas», un libro al que el autor inglés siempre consideró uno de los mejores que jamás había escrito. Las fotos de Caskey, en ese sentido, sirven de excelente contrapunto para un estilo como el suyo, que va desde el apunte diario y el detalle cotidiano hasta la observación precisa de la cultura en todas su formas. Eso sí: con figuras como Gayasami, Victoria Ocampo o Jorge Luis Borges ejerciendo de anfitriones de una larga crónica que nació en las alturas de los Andes y terminó a orillas del Río de la Plata.