Webs de campaña: fallos o marketing

Madrid- De nuevo ayer la presentación de la página web de un candidato a las elecciones del 22 de mayo provocó un aluvión de críticas en las redes sociales. Jaime Lissavetzky protagoniza el último caso de candidatura 2.0 que ha dado que hablar. El candidato socialista al Ayuntamiento de Madrid puso ayer en funcionamiento un «microsite» en el que facilita a sus seguidores el acceso a sus perfiles en varias redes sociales como Twitter, Facebook o Tuenti. Además permite descargar el currículum del secretario de Estado para el Deporte, así como descubrir las seis claves que él propone para cambiar la ciudad: creación de empleo, supresión de la deuda municipal, limitación de la contaminación, fin al desequilibrio de los barrios, cercanía de la administración local con la ciudadanía y hacer de Madrid una ciudad de vanguardia.

Hasta ahí todo normal. www.laclavequecambiamadrid.es incluye también vídeos del candidato grabados en la azotea de un hotel del centro de la capital en lo que en las redes se calificó como el estilo de las «promociones de la cadena de televisión Cuatro». Si el martes el líder del PSM, Tomás Gómez, estrenaba página –o según algunos, reutilizaba su antigua web– con fallos como impedir a los mayores de 81 años acceder a las propuestas concretas de los socialistas (el registro de nacimientos se limitaba en 1930); o la semana pasada el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, se rodeaba en su web de ciudadanos daneses en lugar de madrileños, ayer fue el equipo de Lissavetzky, con una página en la que no aparece a primera vista la imagen del candidato, el que acaparó todos los comentarios.

Su diseño nada convencional fue el principal blanco de las críticas. Sobre un fondo blanco los socialistas de la capital invitan con letras rojas en distintos tamaños a todos los que entren en la web de Lissavetzky a pinchar en distintos enlaces y es aquí donde aparecen los problemas para los usuarios. La página principal tiene varios elementos que parpadean y un reloj con la cuenta atrás hasta el 22-M que rápidamente tuvo su repercusión en Twitter: «Ya hay 3 hospitalizados a causa de Lissavetzky: uno por tragarse la lengua al deletrear su nombre y dos por ataques epilépticos al ver su web», rezaban algunos de los primeros comentarios sobre la web, que también se quejaban de la música de fondo que comienza a sonar en cuanto se abre la página. Una mezcla entre los pájaros de una selva y el tecleo de un ordenador viejo asalta a los visitantes de la web hasta el punto de que el equipo de la candidatura de Lissavetzky, agradeciendo las puntualizaciones, tuvo que explicar cómo se podía quitar el sonido de la web para evitar molestias.

Buscados o no, lo cierto es que los «errores» en las páginas web de los políticos que se presentarán a las próximas autonómicas y municipales hacen subir como la espuma el número de visitas a los soportes virtuales de sus campañas.