Turquía
Alta tensión en Turquía: doblete de McLaren y suicidio de Red Bull
El Gran Premio de Turquía parecía condenado a un recital más del equipo Red Bull. Un monólogo en el que Mark Webber partía como protagonista y máximo favorito a lograr la victoria. Sin embargo, las cosas no han terminado como empezaron.
El enemigo estaba en casa y hoy hemos vivido dos capítulos repletos de tensión en lugares distintos: McLaren y la propia Red Bull. Webber controló la carrera desde el principio y sólo Hamilton le presionó en los primeros compases. Vettel conservó la tercera plaza y sólo en la estrategia de boxes pudo superar al inglés, cuyos mecánicos fallaron en el pit stop y condenaron a su piloto a la tercera posición. Desde ese momento las posiciones parecían claras. Pero uno no puede fiarse de sus propios compañeros y Vettel lanzó un desesperado ataque a Webber. El alemán apuró mucho el adelantamiento y Webber no quiso apartarse para evitar el accidente. Ambos chocaron y el más perjudicado fue Vettel, que acabó fuera de carrera. Esto benefició a los McLaren que heredaron las primeras posiciones debido a este incidente. Mientras tanto, Webber debió pasar por boxes para sustituir su dañado alerón delantero. Conservó la tercera plaza pero desde ese momento, su mente estuvo más pendiente de elaborar los argumentos de defensa cuando se viera las caras con sus jefes que de recuperar el terreno perdido. Pero las cosas no terminaron aquí. Hamilton dominaba la situación hasta que Button aplicó la máxima de Ron Dennis en la escudería McLaren. Se supone que no tienen órdenes de equipo y que sus pilotos pueden luchar abiertamente. Y eso fue lo que hizo el vigente campeón. Atacó a su compañero e incluso llegó a arrebatarle el primer puesto. Sólo le duró unos metros porque Hamilton sacó la bestia competitiva que lleva dentro y no permitió más bromas. Mientras tanto, por radio los ingenieros de McLaren intentaban calmar a Button diciéndole que debía bajar el ritmo porque los cálculos de gasolina no se ajustaban a la realidad. Patrañas para evitar que la FIA les castigue por presuntas órdenes de equipo.Hamilton conquistó su primer triunfo de la temporada pero se llevó una gran sorpresa con su compañero, que no dudó en lanzar un tremendo ataque a su supremacía. Por detrás, las cosas estuvieron más que revueltas. La actual segunda división de la F-1 la encabeza Mercedes por delante de Renault y Ferrari porque los tres equipos están muy por debajo de Red Bull y McLaren. Fernando Alonso partió desde el duodécimo puesto y siguió una estrategia más o menos convencional, similar a sus rivales. Pedro de la Rosa le superó en la salida como estaba previsto, ya que el catalán salía desde el lado limpio de la pista. Pero poco más tarde el de Ferrari logró rehacerse. Con las paradas en boxes Fernando llegó hasta el décimo puesto y desde ahí debió verse las caras con Petrov, que conducía un Renault, ex escudería de Alonso que hoy por hoy tiene un coche algo mejor que el Ferrari. El asturiano luchó con el ruso hasta que por fin pudo adelantarle. Un octavo puesto final sabe a poco pero al menos salvó los muebles sumando tres puntos que le mantienen en la cuarta plaza de la clasificación general. Algunos todavía no se explican como Fernando ha sido capaz de mantener el pulso en la clasificación general después de todos los desaguisados que están ocurriendo en Ferrari. De la Rosa acabó en undécimo lugar, justo por delante de Jaime Alguersuari, que de nuevo hizo otro carrerón ganándole la partida a su compañero Sebastian Buemi. Ahora restan dos semanas para la próxima carrera, Canadá, y en algunos equipos la tensión es máxima por diferentes motivos. En Red Bull y McLaren ya deben estar pensando cómo evitar que la batalla entre sus pilotos les perjudique y en Ferrari la manera de evolucionar el monoplaza lo más rápido posible.
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