Crítica de cine
Cornellà: nueva etapa
Ha comenzado, de nuevo, el Festival Internacional de Payasos –Memorial Charlie Rivel– de Cornellà de Llobregat. Me permito tres consejos tras 27 años vinculado a él y haber tenido el honor, siendo alcalde en funciones de la ciudad y a propuesta del concejal Laureà Palmer, de convocarlo en 1983.
1.- Mi reconocimiento, y conmigo el de la ciudad, a Genís Matabosch, director del festival en los últimos años, la época dorada, a la que deseo suceda otra de platino.
2.- Que la supresión del espectáculo «Euroclowns», decidida por la nueva dirección, no signifique la renuncia al espíritu europeísta de Cornellà y su festival. No entro a considerar los diez millones de pesetas de ingresos en taquilla en su última edición, ni el hecho de que el público lo considerara el buque insignia del festival.
3.- Que la catalanidad de los artistas contratados se refuerce no sea sinónimo de que ya no se exija un nivel de calidad internacional a la mayoría de los participantes, convirtiendo un festival que es internacional en otro que sea provincial y en el que la exigencia de calidad sea sustituida por el «derecho a la peonada» de los artistas y trabajadores que participan.
Y, por encima de todo, deseo otra larga vida al, hasta hoy, mejor festival de payasos europeo y de Europa.
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