País Vasco
Antonio Basagoiti: «Bildu está inflada porque PNV y PSE le han hecho campaña»
Entrevista a Antonio Basagoiti. El líder del PP vasco cree que «la única salida de España pasa por el entendimiento PP-PSOE»
¿Qué consecuencias tendrá para el País Vasco el nuevo mapa político que deja el 22-M?
–Tendrá consecuencias muy graves si no nos unimos PSE, PNV y nosotros contra lo que representa Bildu-Batasuna. ETA sigue existiendo, ellos no han condenado ni un solo atentado y defienden llevarnos a la Edad Media en lo económico y en lo social, sin trenes ni aeropuertos. Los vascos no se merecen el castigo que han generado unos pocos.
–¿Alberga alguna esperanza de que el PNV acepte esa alianza?
–No demasiadas. Pero es su única salida si no quiere ponerse en manos de una Batasuna que aspira a hacerse con la hegemonía del nacionalismo. Hay gente, como Eguiguren, que parece que todavía no se han enterado de que las urnas han invalidado la fórmula PNV-PSE porque no suma, es decir, que no serviría de nada ni en las Diputaciones de Álava y Guipúzcoa ni en el Ayuntamiento de San Sebastián, por ejemplo.
–¿Con el PSE sí cuenta?
–Espero que hayan aprendido la lección. No me puedo meter en la cabeza de un dirigente nacionalista o socialista, pero es evidente que el camino de la responsabilidad y de la firmeza exige evitar que Batasuna esté al frente de ninguna institución.
–¿Confía en que los socialistas les ayuden a echar ahora a Bildu de las instituciones?
–Eso sólo lo puede garantizar un Gobierno de Rajoy porque es evidente que los socialistas han dado una de cal y otra de arena. El día 13 de junio presentaremos una primera interpelación en todos los municipios y diputaciones en los que tenemos representación planteando la condena de cada uno de los atentados de ETA. Si no condenan, será un motivo más para poner en marcha los instrumentos legales establecidos, Ley de Partidos y reforma de la Ley Electoral, para desalojar a sus concejales de sus escaños.
–¿Tienen el apoyo del PSE en esa iniciativa?
–Nos han dicho que la votarán, que cumplan su palabra.
–¿Y cree que el Gobierno actuará contra los concejales de Bildu si no condenan?
–Tendrán que hacerlo, no está en su mano interpretar la ley.
–¿Sigue creyendo, como dieron a entender en campaña, que todo el mundo ha cumplido menos el TC? ¿Que la responsabilidad de que Batasuna vuelva a las instituciones es sólo suya?
–No. Ha habido demasiadas casualidades: los tratos inconfesables de Zapatero con Urkullu; el discurso de socialistas y nacionalistas sobre las bondades de la rehabilitación política de Bildu; los 6 jueces del TC nombrados a propuesta del PSOE… pero mi función, más allá de enfadarme, es buscar soluciones. Y, de momento, la primera medida debe ser la unidad de todos los demócratas contra Bildu.
–¿Está de acuerdo con quienes ven en la situación actual un paralelismo con la tregua trampa del 98 y las elecciones autonómicas que encumbraron a EH?
–Batasuna siempre ha salido reforzada cuando ha habido una tregua. Pero lo ocurrido ahora es mucho más grave que lo que pasó en el 98 porque la derrota de ETA se podía tocar con los dedos de la mano. Que hoy se les haya dado cobertura institucional, judicial y política es mucho más terrible porque dificulta el final del terrorismo.
–Hay quien piensa que, al contrario, favorece el final de ETA.
–Sí, y son los mismos que se equivocaron en 2006 y en 1998. Hay algunos que siempre se equivocan en sus planteamientos y, sin embargo, siempre sacan la cabeza como si tuvieran razón. La Ley de Partidos ha sido mano de santo y debería seguir siéndolo hasta el final porque es la única que garantiza que ETA asuma que sólo puede pensar en su derrota.
–El final sigue siendo el objetivo… ¿no? ¿La cuestión es si a cambio de rehabilitarles políticamente o modificar la política penitenciaria, por ejemplo?
–Si ETA consigue alguna de sus exigencias, vendrán otros a pedir más cosas porque habrán visto que matar sirve para conseguir los objetivos que te propones.
–¿Bildu era su objetivo político?
–Más que su objetivo era el medio. ETA quiere la independencia, la autodeterminación y la ruptura de España. Y eso es lo que ahora debemos combatir.
–El problema es que el País Vasco también es hoy más independentista, ¿no?
–Si se suma lo que representa Batasuna, EA, IU y PNV, son los mismos, pero con más poder de los radicales. E incluso están algo inflados porque PNV y PSE han jugado con los deseos de paz de muchos vascos y le han hecho la campaña de imagen a Bildu. El PNV debería aprender que cuando siembra vientos, recoge tempestades. Y el PSE debería tomar nota de cómo ha sido borrado del mapa y que el ayuntamiento más importante que podría llegar a gobernar es el de Barakaldo.
–¿Cómo es posible que con esa responsabilidad que usted atribuye al PSE en la operación de legitimación de Bildu, esto no afecte ni al pacto antiterrorista ni a su acuerdo con el PSE?
–Si afecta… La desconfianza es mayor. En nuestra posición hay más responsabilidad y menos devoción. El pacto depende del PSE, nosotros no vamos a dejar de cumplirlo. En las próximas semanas y meses muchos tendrán que retratarse en los acuerdos que se adopten para intentar echar a Bildu de las instituciones.
–¿Cuál es el principal enemigo del acuerdo con el PSE?
–Rodríguez Zapatero.
–¿Más que el PNV?
–Sí, porque Zapatero ha buscado el pacto con el nacionalismo más radical para destruir al PP. Cuando pactamos con el PSE se llevó un buen disgusto y desde entonces no ha dejado de concederle espacio al PNV para cuestionar al Gobierno vasco.
–¿Cómo se reforzaría el pacto con los socialistas?
–El PSE debe renunciar a la tentación de rebajar las exigencias y debe darse cuenta de que la firmeza es el único camino que hace avanzar hacia la paz y la libertad. También debería darse cuenta de que una parte del electorado le ha abandonado porque no ha entendido lo que ha hecho con Bildu. Álava siempre ha sido el territorio más constitucionalista: nosotros hemos tenido un magnífico resultado y el PSE notablemente malo.
–En este escenario, ¿entiende que Rajoy pueda ponerse en manos del PNV para gobernar en Madrid?
–Con el PNV podemos llegar a acuerdos en economía, infraestructuras…, pero no sobre la estructura de España o sobre la derrota del terrorismo. Aznar nunca pactó nada que afectase al corazón del País Vasco.
–Al final, tanto unos como otros, al no marcar como línea roja del acuerdo la falta de entendimiento sobre el modelo de España, han acabado fortaleciendo a un PNV cada vez más soberanista.
–Estoy totalmente de acuerdo. Una cosa es que de manera puntual se pueda llegar a acuerdos con los nacionalistas y otra, muy distinta, que ellos siempre salgan reforzados de la falta de entendimiento. Sé que hoy hay muchos ciudadanos que tienen una muy mala imagen del PSOE, pero la única salida para España pasa por nuestro entendimiento. Podemos compartir cosas con CiU y PNV en sus comunidades, pero a nivel nacional el nacionalismo se ha radicalizado por darle alas.
–¿Quiere decir que prefiere que Rajoy no firme un acuerdo de gobernabilidad con los nacionalistas?
–Prefiero que Rajoy consiga la mayoría absoluta y no dependa de nadie. Pero si no la tiene, creo que es mejor que pacte con un PSOE renovado y sin Zapatero todo lo que afecta al interés nacional, y que deje los acuerdos con CiU y PNV para cuestiones puntuales. En el 96 ya pactamos con el PNV, y aquel PNV terminó en Lizarra pactando con ETA a nuestras espaldas. Entonces nunca se traspasaron las líneas rojas, pero hay que aprender del pasado.
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