Palma de Mallorca

Los «escapistas» de la banda

«Y Piti y Sarri delante de sus narices andaban tramándola sin darse cuenta», dice una canción del grupo vasco Kortatu.

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Madrid- Se refieren a la fuga del escritor José Ángel Sarrionaindía, que en 1985 se escapó dentro de un bafle de la cárcel donostiarra de Martutene, durante un concierto que protagonizó el cantante Imanol Larzabal. Si sonados son los procedimientos que la banda terrorista utiliza para liberar a los presos de la cárcel –en 2009 la organización quiso sacar con un helicóptero a Jorge García Sertucha, que intentó matar al Rey en Palma de Mallorca–, más sencillos son los que utilizan después de ser detenidos y pasar por la Audiencia Nacional, a la espera de un juicio. Se cuentan 74 los etarras huidos de la Justicia y acusados de delitos de terrorismo.

Terroristas fugados
La reciente excarcelación de Troitiño, en búsqueda tras determinar la Audiencia la Orden Internacional de Detención al revocar el pasado martes su puesta en libertad, ha alarmado a la opinión pública por el reciente caso de Ignacio de Juana Chaos. Detenido en 1987 y condenado a 3.000 años de prisión por 25 asesinatos, fue excarcelado en agosto de 2008, pero cuatro días después la Audiencia inició otra investigación por enaltecimiento del terrorismo. Huyó a Irlanda, donde fue detenido. En libertad condicional, a la espera de que se resolviera su extradición a España, aprovechó para escapar. Actualmente se piensa que está en Venezuela.

No menos controvertido fue el caso del jefe político más sanguinario de la banda: José Urrutikoetxea, más conocido como «Josu Ternera». Participó en el atentado de Hipercor de Barcelona, en el que 21 personas murieron. Tras casi dos lustros en prisión, fue excarcelado en 2000, y cuando dos años más tarde el Supremo le citó a declarar por un atentado a una Casa Cuartel de Zaragoza, aprovechó para escapar.

O el caso de Ángel Alcalde, que ingresó en 1988 en prisión incondicional acusado de colaboración con banda armada. Un año más tarde el Tribunal Supremo decretó su libertad provisional. Inmunidad que se le retiró semanas después, pero Alcalde ya había huido.
Posiblemente fue la reciente escapada de Maite Aranalde, en 2009, la mayor burla a la presión judicial y policial. Cinco días después de salir en libertad tras abonar una fianza de 12.000 euros impuesta por el juez de la Audiencia Nacional, Ismael Moreno, que no pudo decretar prisión incondicional por un fallo burocrático de la Justicia francesa, la terrorista se dio a la fuga.

Modus operandi
¿Cómo suelen actuar los terroristas a la hora de escapar? En primer lugar, nunca se ponen en contacto directametne con abogados o familiares, ya que es el modo más sencillo de ser detenidos por las Fuerzas de Seguridad. Residen en casas de simpatizantes al mundo abertzale pero no relacionados directamente con ellos. Allí esperan la tramitación de un D.N.I. o pasaporte falso, tiempo que se alarga a dos meses aproximadamente. Nunca utilizan el teléfono en estos trámites. Documentación en mano, inician el «exilio», normalmente en avión o en un carguero.

Si hace unos años Francia era el destino preferido por los «escapistas», la estrecha colaboración entre el Gobierno galo y el español ha supuesto un cambio de rumbo: Venezuela. El país caribeño, junto con Irlanda, al no ser países del «territorio Schengeng», dificultan su localización. Si, después de una Orden Internacional de Detención, el etarra se encuentra en un país dentro del citado territorio, su entrega a España es rápida. Mientras que si se halla en uno ajeno es el Gobierno de ese país quien, en última instancia, toma la última decisión.

Por este motivo, se calcula que al menos 50 etarras residen en Venezuela, donde se entrenan y algunos de ellos, como Arturo Cubillas Fontán, colaboran activamente con ETA como enlaces entre la banda y las FARC.

Sumado a esto, sin tener una orden judicial es complicado que las Fuerzas de Seguridad cerquen a un etarra en caso de que viva en una localidad pequeña y de mayoría abertzale, además de que pueden ser denunciados por éstos por acoso.

«Las facilidades que tienen para escapar vienen de nuestro sistema judicial», opina Iñaki Ezkerra, experto en ETA. «Y si consiguen colarse en las elecciones tendrán más dinero para moverse por Venezuela. Esto es ciencia ficción». Como rescatar a un preso en helicóptero.