Nueva York

El último retrato de Freud

Figura clave en la historia del artedel siglo XX, el pintor falleció el miércoles en Londres 

Fotografía facilitada por el Centro Pompidou de París, Francia, que muestra al pintor británico Lucian Freud.
Fotografía facilitada por el Centro Pompidou de París, Francia, que muestra al pintor británico Lucian Freud.larazon

Carne retorcida, piel ajada, músculos envejecidos. El desnudo como un camino hacia la muerte, como una constatación del consabido «polvo somos». Todo en la vida artística de Lucian Freud, que el miércoles terminó en Londres a los 88 años, parecía encaminarse hacia lo inexorable. Freud, el artista que hizo del retrato de desnudo una nueva concepción, alejada de la necesidad de la belleza, falleció en su hogar, víctima de una larga enfermedad. Con él se va una figura clave del arte contemporáneo del siglo XX, un artista mayúsculo que abrazó una nueva forma de realismo que supo defender con un particular estilo durante medio siglo.

Los grandes museos y colecciones acogen hoy su obra. Desde el MoMA, el Metropolitan y la Tate Modern al Thyssen-Bornemisza, donde puede verse «Reflejo con dos niños (autorretrato)», de 1965, entre otras creaciones. Los mercados reconocieron también en lo económico el valor artístico de su visión: en los últimos años, las casas de subastas vibraron con algunos de sus lienzos. En 2008, el retrato de una oronda modelo desnuda, «Benefits Supervisor Sleeping», pintado en 1995, se vendió en Nueva York por 33,6 millones de dólares. Se convirtió en el pintor vivo más cotizado. Su maniquí, Sue Tilley, nos comentó entonces que le recordaba como «un hombre muy interesante, pero al mismo tiempo muy peculiar». «Un día estaba triste y otro muy contento y nunca sabías a qué se debía».

Freud nunca se sumó ni a modas ni a tendencias. Las escuelas predominantes no lo imantaron, a pesar de que en sus comienzos, como joven artista, hiciera sus pinitos en el surrealismo entonces imperante. Pero pronto se decantó por un estilo propio, un nuevo realismo que al comienzo no fue bien recibido. El artista no cejó, defendió sus retratos de la vida que le rodeaba –familiares y amigos le sirvieron a menudo como modelos–, y logró un estilo que lo encumbraría. Un método que acabó llamándose Escuela de Londres.
Su marchante, William R. Acquavella, describió al artista ayer desde Nueva York como «uno de los grandes pintores del siglo XX». «Vivió para pintar y pintó hasta el último día, muy alejado del ruido del mundo del arte», especificó en un comunicado.

Nacido en Berlín el 8 de diciembre de 1922, Freud era el nieto del célebre padre de la psicoanalítica, Sigmund Freud, y emigró con su familia a Reino Unido en 1933, cuando tenía 10 años, escapando del incipiente nazismo.