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El mismo tema
Vicente del Bosque tiene la virtud de no romper con aquello que está bien. Tiene el sentido común suficiente para no prescindir de la buena herencia. No le priva lo que a otros entrenadores, que en cuanto toman posesión, anuncian que van a imponer nuevo estilo. De técnicos aventureros está el mercado del paro lleno.
Conservar no es aferrarse a lo establecido sin posibilidad de hacer cambios. Las variaciones han de ser, como en música, sobre un mismo tema. La Selección juega de manera muy reconocible y le ha dado el triunfo en la Eurocopa, con Luis, y el Mundial. Ese sistema es tan notorio que los entrenadores adversarios no se plantean formalmente cómo ganar, sino cómo no perder. Ello tiene como consecuencia el amontonamiento de hombres al borde del área y si los españoles buscan por esa zona el pase corto, la pared o el regate tropiezan siempre con alguien y quien le aguarda la espalda.
Esta circunstancia es la que ha hecho creer a Del Bosque que existe, para determinados momentos, la variante del juego con extremos y delanteros tradicionales. Ello explica que cuente de nuevo con el valencianista y valenciano Pablo Hernández y el delantero del mismo equipo, el vasco Aduriz.
Los cambios en su botica los efectúa el seleccionador sin que la fórmula magistral varíe el principio activo, aunque modifique la presentación.
Dato que no conviene olvidar es el hecho de que, aunque mantenga a los tenidos por titulares, aporta gente que pueda acoplarse hoy y en el futuro.
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