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Otro factor de riesgo por José Antonio VERA
Dos grandes estudios recientes publicados en el Journal of the American College of Cardiology han coincidido en subrayar que no todas las personas que sufren ataques cardíacos o accidentes vasculares tienen necesariamente el colesterol alto o la hipertensión disparada. En muchos casos sus valores en ambos índices son normales, pero si que tienen, empero, un elevado nivel de homocisteina. Este hecho esta modificando la visión de la enfermedad cardiovascular, por cuanto nos podríamos encontrar ante un tercer factor de riesgo tan importante como los antes mencionados, con la diferencia de que no a todo el mundo se le hace un control de homocisteina en sus analíticas de sangre. Pero, ¿qué es la homocisteina? Se trata de un simple aminoacido presente en el organismo. O mejor dicho, es un metabolizador de la metionina, aminoacido esencial subproducto de la quema de proteínas. O sea, que se libera cuando digerimos las proteínas de la dieta. Su metabolismo está unido al de algunas vitaminas del grupo B, en particular el ácido fólico, la B6 y la B12. Cuando hay deficiencia de alguna de ellas, los niveles de homocisteina en sangre aumentan, estando implicada en el desarrollo de la arteriosclerosis. También parece que afecta a la sangre, haciendo que las plaquetas se tornen más adhesivas, favoreciendo la formación de coágulos. Igualmente reduce la flexibilidad de las arterias y las venas, impidiendo que se dilaten cuando se necesitan. Las personas que presentan altos índices de homocisteina (hiperhomocisteina) en sangre y un índice de masa corporal elevado, tienen más riesgo de sufrir ictus criptogénico, lo que es especialmente relevante en personas obesas. Demasiada homocisteina en sangre estaría vinculada a mayor riesgo de apoplejía y complicaciones de la diabetes como la neuropatía (daño en los nervios). Un estudio de 1997, hecho en Suecia, reveló, asimismo, que las personas que sufrían de fibromialgia y de fatiga crónica tenían niveles elevados de homocisteina en su líquido cerebroespinal, amen de bajos niveles de vitamina B12. Se ha detectado también que las personas con un alto nivel de homocisteina en la dieta no ingieren suficiente folato ( ácido fólico) ni por supuesto B6 y B12. Por tal motivo algunos especialistas ponen el acento, a la hora de prevenir la enfermedad cardiovascular, no sólo en las grasas trans y las saturadas animales, sino incluso en carbohidratos refinados, desprovistos de vitaminas del complejo B. De ahí la importancia de la dieta a la hora de controlar los niveles de homocisteína en sangre. Particularmente necesaria es la ingesta de alimentos con aporte de vitamina B, entre ellos los granos integrales (pan, arroz y pastas integrales), legumbres y verduras de época, hígado de ave, vino tinto moderado, vegetales de hoja verde, plátanos, frijoles, guisantes y algunos tipos de algas. Por eso mismo no se recomiendan los alimentos conservados por irradiación, proceso que reduce los niveles de vitaminas B6 y B9 en los alimentos. Y también se alerta sobre la ingesta excesiva de proteínas, pues los niveles de homocisteina aumentan cuando abundan en la dieta.
José Antonio Vera
jvera@larazon.es
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